Caprichosos y mimados
Es una opinión que no será compartida por muchos, sobre todo forofos. El futbolista está cada vez más mimado por los medios y todo su entorno en general. Se le perdona todo, a algunos incluso sus deudas con Hacienda o parte de ellas, como si no estuviéramos hablando de profesionales que se colocan al margen de su responsabilidad, lo que no nos permitirían a ninguno en nuestras empresas o puestos de trabajo.
Lo siento mucho, un tipo que gana lo que percibe Messi cada temporada no se puede permitir el lujo de fallar un penalti o que se lo pare el portero. No estamos hablando del delantero centro del Villanovense, por decir un equipo cualquiera, que mucho hace con tirarlo sin echar a correr para eludir el foco de las miradas. No, el argentino, De Gea, los porteros del Bayern o el Liverpool que se enfrentaron al Madrid en la Champions, no puede cometer errores tan flagrantes y apelar a la pena de sus incondicionales. Hay empresas, algunas de ellas de comunicación, que reflejan con un descuento en la nómina la equivocación de un técnico en el transcurso de una emisión en directo. ¡Qué no en un campeonato importante o en un Mundial!.
Ahora aceptamos que la crítica a un trabajador de fútbol millonario por partida quíntuple, mina su moral y el chico, claro, no puede estar triste. Los pobres chavales Alfred y Amaya, que no hicieron nada mal, recibieron una somanta de palos por su vigésimo tercer lugar en el Festival de Eurovisión. Un pelotero que cobra 100, 200 o 300 millones cada diez meses, puede tirar un campeonato del mundo o descender con su equipo sin que no solo se le pidan explicaciones, sino que debemos consolarle, cuidarle y mantenerle para que no entre en depresión.
Yo me bajo en la próxima, ¿y ustedes?.