Turrón, pero no uvas.

En efecto me quedé corto. Hace solo unos días que conté los entrenadores de equipos de segunda división que no se comieron los turrones y cayó al fin Anquela del banquillo del Real Oviedo. De hecho estaba cantado, había agotado ya muchas vidas. Una de ellas la conquistó ganándole al Sporting en la capital asturiana, que se cobró la de Rubén Baraja. Pero la cuerda se había tensado ya mucho y acabó por romperse. Con él ya son diez los técnicos cesados en la categoría de plata. Asusta pensar que ha habido despidos en casi la mitad de los competidores aun siendo demasiados. Alpaca más que plata, digamos de paso.

Más que sorprender, pica la curiosidad que el ritmo en Primera no sea tan rápido. La salida de Garitano de la Real Sociedad eleva a seis los relevos entre la élite, un porcentaje algo inferior. Será interesante comprobar dentro de dos meses, por aquello de dar tiempo, si tales decisiones han cambiado realmente algo o invertido los resultados de cada uno de los afectados.

Hubo quien superó la Navidad, pero no el año en curso.