Un Extremadura sin complejos conquistó merecidamente un punto en Son Moix a pesar de jugar más de 20 minutos con un futbolista menos, lo que no mermó su ambición por sacar algo positivo de su viaje a Palma. El Mallorca solo apretó en los inicios de la segunda parte y, fiel a su filosofía, vendió la piel de su rival excesiva anticipación aunque, ya con ventaja y el visitante en inferioridad, Lago Jr. malogró clarísimas ocasiones para haber sentenciado el resultado sin mayores complicaciones que las ya sufridas.
ALINEACIONES:
R.Mallorca.- Reina (1), Gámez (1) Valjent (0), Raillo (1), S.Ruiz (2), S.Sevilla (1), Pedraza (1), Ariday (1), Dani Rodríguéz (0), Lago Jr. (1) y Abdón (0).
En el minuto 57, Diego Molina (1) por Dani Rodríguez; en el 67, Ferrán Giner (1) por Abdón y en el 78, Baba (-) por Raillo, lesionado.
Extremadura.- Alvaro (3), Alex Diez (0), Aitor (1), Djaló (1), Pomares (1), Olabe (1), Valverde (1), Zarfino (0), Chuli (1), Renella (0) y E. Gallego (1).
A los 53 minutos, Diego Capel (1) por Renella; a los 62, Willy (1) por Chuli y a los 77, Marquez (1) por Valverde.
ARBITRO:
Moreno Aragón (0) del Comité madrileño. Dubitativo e impreciso, midió con más rigor al Extremadura que al Mallorca hasta el penalti señalado en tiempo de prolongación. Mostró tarjetas amarillas a Djaló, Valverde, Olabe, Zarfino y Enric Gallego,además de dos a Aitor que vio la roja en el minuto 70. Por el Mallorca fueron amonestados Reina, Gámez, Valjent y Dani Rodriguez y expulsado directamente Baba por una fuerte entrada sobre Enric Gallego en un lateral.
GOLES:
Minuto 57, Diego Molina profundiza sobre la incursión de Salva Ruiz que, solo ante Alvaro, cede a Ariday para que marque a placer. 1-0
Minuto 92, Valjent agarra a Enric Gallego en un salto dentro del área y el árbitro pita penalti que transforma Marquez de tiro raso y ajustado a la base del palo izquierdo de Reina. 1-1
OBSERVACIONES:
Se guardó un minuto de silencio en memoria de las víctimas del temporal en San Llorenç des Cardessar y del ex portero del Mallorca, Juan Heredia.
COMENTARIO:
No se puede enjuiciar el partido disputado ayer en Son Moix entre el Mallorca y el Extremadura desde los primeros veinte minutos del segundo tiempo, los únicos en los que los locales fueron netamente superiores, ni por los instantes finales en los que, con un jugador menos, los visitantes pusieron cerco al área del fondo norte en busca de un resultado más acorde a los merecimientos acumulados a lo largo de todo el lance. No se puede ignorar que Alvaro, el joven portero extremeño internacional español sub 20, no fue inquietado hasta que, ya en plena segunda parte, Ariday adelantó a su equipo como colofón a una de las constantes incursiones de Salva Ruiz y solo tendría que intervenir con singular acierto cuando su equipo ya estaba con el marcador en contra y en inferioridad numérica. Quien perdona, paga. Lago Jr. lo hizo por dos veces y se fueron al limbo otros tantos puntos.
Pero no sería justo olvidar que en los compases iniciales Enric Gallego estrelló un tiro en el exterior del palo izquierdo de la meta defendida por Reina y que Chuli elevó por encina del travesaño un remate permitido por Raillo. Y, ya después, Willy Ledesma cabeceaba fuera lo que en tiempos de los míticos narradores Juan Tribuna o Antonio de Rojo se cantaba como un “vicegol”. Porque el de Almendralejo fue un bloque atrevido que plantó cara al anfitrión desde que se acabó el respetuoso silencio en memoria de las víctimas de la catástrofe de San Llorenç y del finado Juan Heredia, el guardavallas cordobés que no abandonó la isla desde su incorporación a la plantilla bermellona. Nunca sabremos si los de Vicente Moreno menospreciaron a un enemigo con asiento en el furgón de cola o esta segunda división no registra ningún tipo de lucha de clases y todos los perros lucen idénticos collares.
Presionado Salva Sevilla y muy vigilado Fran Gámez, todo el juego ofensivo del anfitrión tuvo que desplazarse a la banda siniestra, Allí Salva Ruiz dispuso de una verdadera autopista recortada por la ansiedad de Lago Jr. y la habitual ausencia de un delantero resolutivo, toda vez que desde la segunda línea tampoco llegaba nadie a librar la batalla decisiva. Ante un contrincante nada tímido que siempre le miró a la cara, el once tipo de Vicente Moreno se desfiguró y perdió los papeles hasta acabar con un penalty y una expulsión.