Fiesta incompleta (1-1 en Son Moix)

A los 9 minutos Iago Aspas, ¿quién sino?, desbravó las burbujas del cava sobrante de la improcedente fiesta de la víspera. Ya al filo del descanso, Gio persiguió un pase imposible que Larín remató mal, aunque suficiente, tras anticiparse a Jailson cerca de la portería de Guaita. El Celta no volvió a gozar de la menor oportunidad hasta el último suspiro en un remata de Larsen a las manos de Rajkovic. Se perdieron dos puntos, pero se ganó el golaverage. Menos da una piedra.

ALINEACIONES:

R.Mallorca.- Rajkovic (1), Maffeo (1), Gio (1), Raillo (1), Copete (0), Lato (2), Samu (1), Morlanes (1), A.Sánchez (1), Dani Rodríguez (0) y Larin (1).

Minuto 64, Sergi Darder (1) por Samu. Minuto 69, Abdón (0) por A.Sánchez y Mascarell (1) por Morlanes. Minuto 79, Van der Heyden (-) por Lato.

R.C.Celta.- Guaita (1), Mingueza (1), Jailson (0), Unai Nuñez (1), C.Domínguez (1), M.Sánchez (1), C.Pérez (0), Tapia (2), Dotor (1), Aspas (1) y Larsen (1).

ARBITRO:

García Verdura (1), del Comité de Cataluña. Precisa 100 partidos más para pitar en Primera. No influyó en el resultado, pero fue injusto en el reparto de tarjetas y parco en las prolongaciones. Amonestó a Gio, Copete, Abdón y Larin, del Mallorca y a Larsen, del Celta. 18 infracciones favorables a los de casa y 15 para los forasteros.

GOLES:

Minuto 9, primero Gio y luego Maffeo pierden un forcejeo en la medular, se escapa Larsen, quien cede a Aspas dentro del área, cuyo disparo ajustado al palo no alcanza Rajkovic. 0-1

Minuto 42, Gio alcanza un balón que estaba a punto de perderse por la línea de fondo, lo pone en la frontal del área chica donde Larin, anticipándose a Jailson, conecta un remate flojo que Guaita toca pero no retiene. 1-1

21.130 espectadores según cifras oficiales

MAS ESTADIO QUE EQUIPO

Apostar más por el continente que por el contenido abona el error. Llevar el espectáculo fuera del terreno de juego, implica no poder exigirlo dentro. Los americanos, de esfuerzo tan generoso como interesado, han regalado a Palma un estadio más brillante que los jugadores que lo pisan, una ecuación difícilmente sostenible.

Pero empecemos por el final porque el hecho de que el Celta marcó al principio y no se le volvió a ver hasta el final, agrava la incapacidad de su anfitrión para superar a un contrincante que hizo tan poco para ganar sin tener el balón, como el Mallorca con éste en su poder.

No se pude jugar igual en el Bernabéu, ante todo un Real Madrid, que en tu feudo sin rival acreditado. Copete, sin más recurso que cometer falta, no es Nastasic; ni Samu iguala el balance de su corazón con el de su técnica; ni Dani Rodríguez está para muchos achaques más, Morlanes no es Darder y Larín, que tampoco es Aspas, necesita seis ocasiones claras para transformar una.

Si tuviéramos que ponerle un titular al amargo epílogo del sarao, con bailes, orquesta, coros. dimonis e himnos incluidos, sería un clásico: querer y no poder. Maffeo, tocado, el mejor ejemplo. Como decía Unamuno para convencer hay que persuadir y el Mallorca, por desgracia, no hace ninguna de las dos cosas. Ni Javier Aguirre, sumamente desacertado en unos cambios incomprensibles que no aportaron nada y  terminaron por rebajar la insistencia del acoso sin derribo de los primeros sesenta minutos para dedicar los treinta restantes a sopesar aquello de si no puedes ganar, al menos no pierdas.

En los festejos del Presuntuoso, ¡menudo nombre!, no estaban todos los que son, ni eran todos los que estaban. Sobre el campo hoy, tampoco. Pero dudo que en todo el club, entre directivos, técnicos y jugadores, haya alguien que sepa algo de refranes o modismos españoles. Ni les importa, ni creen que les haga falta. Quizás tengan razón.