La presentación virtual de Arrasate

Empecé en la radio en el invierno de 1965 tras desertar de la Escuela de Turismo de Felipe Moreno que tenía su sede en el Estudio General Luliano. Profesionalmente no me dediqué al medio hasta 4 años más tarde y pasaron otros cinco antes de que pasara al periodismo escrito. Lo cuento porque en aquel entonces los clubs de fútbol pagaban inserciones publicitarias, siempre en los periódicos jamás a las emisoras, para anunciar los precios de sus abonos o el horario de sus partidos, sobre todo al celebrar lo que se llamaba «El día del club» en el que pagaban hasta los mal llamados socios.

Con el paso del tiempo aquellos anuncios han derivado en noticias. Los medios de comunicación publican como tales los precios de las campañas de abonados convenientemente distribuidos por zonas, escriben sin percibir un solo euro los nombres publicitarios de sus camisetas y estadios, no hablemos ya de horarios o convenios establecidos con patrocinadores que pagan religiosamente su publicidad estática captada por la televisión, aunque las cuales no ven una perra gorda. Al contrario, pagan por el privilegio de transmitir los partidos, igual que las emisoras radiofónicas a las que se les ha acabado la inserción de publicidad en sus carruseles y encuentros, salvo previo paso por las taquillas de la Liga de Fútbol Profesional.

El rizo se rizó al imponer lo que cada operador podía o no captar en sus eventos y, por supuesto, las preguntas que se permitían y las que no antes y después de cada uno. Pero el tirabuzón ya se ha convertido en cabellera y el Mallorca acaba de presentar a su nuevo entrenador, Jagoba Arrasate, a través de su página web, entrevista incluida. Y si, la escucharán mañana en algún punto del dial o la leerán en determinados digitales o diarios de papel y hasta habrá quien las firme, pero no se lo crean. Les suministran hasta las fotos y eso que Tomás Monserrat y Torrelló aun viven para verlo.

En general, el periodismo agoniza, pero al deportivo en concreto hace lustros que lo mataron y él solito se murió.