Los trapos sucios no se airean

Las imágenes de la trifulca protagonizada por Vicente Moreno y Joan Sastre en la banda del estadio Ciudad de Valencia el viernes pasado en el partido del Levante contra el Mallorca no es edificante. Estaremos todos de acuerdo. Da igual que se haya producido después del gol local en el que el defensa cierra tarde ante el desmarque de Roger o después, cuando el propio lateral sirve en bandeja el tanto del empate provisional a Dani Rodríguez.  Lo de menos es el momento e incluso la intención, sino el hecho. Los trapos sucios se lavan en casa y falla el técnico al centrar el foco en un solo jugador y en público, aunque cualquier escribano hace un borrón; de acuerdo.

La polémica, de haberla, es tan inútil como la de los penaltis. El propio entrenador debería pensar más detenidamente al hablar en sala de prensa porque no se puede quejar del árbitro cuando no le señala penaltis que, al menos en mi opinión, serían más que discutibles y callar cuando se los regalan como ocurrió ante el Villareal con el piscinazo de Kubo que provocó el primer tanto del partido. Tan inservible un debate como el otro.

No hay que perder la calma ni tampoco la perspectiva ante una situación que todavía no se ha complicado más de la cuenta. Lo haría si el sábado el Betis puntúa en Palma, lo que está por ver por muy buenos futbolistas que integren la plantilla verdiblanca. Por el contrario, una victoria balear supondría adelantar a los andaluces en la tabla y mantener la distancia respecto a las posiciones de descenso justo antes de visitar Barcelona y Vigo. Pensemos en eso y en mejorar los resultados fuera de casa y dejémonos de invocar tertulias de café barato.