Más que suspense, pánico

Si. Dani ha renovado hasta el 2023, Raillo está a punto de hacerlo y Maheta Molango ha montado una consultora. Menos de esto último, hablaremos en los próximos días, antes de la batalla en Valdebebas, si donde ahora juega el Real Madrid, pero ahora toca otra más importante: la del Leganés.

Ni la victoria local, ni su derrota, comportarían nada definitivo. No es menos cierto que si los de Javier Aguirre, que tendrá que ver el partido desde la grada,  pierden en Son Moix habrán comprado muchos números en el sorteo de lotería para el descenso. Y no es que tengan pocos. Si se llevan los tres puntos de Palma continuarán en la pomada, pero asestarán un golpe muy duro al Mallorca en sus aspiraciones de permanencia, no definitivo, no, pero si casi letal.

De no ser por el Mallorca y el Eibar, el conjunto madrileño sería el peor visitante de la categoría. De hecho solo ha ganado un partido fuera de Butarque, igual que los de Vicente Moreno, pero ha rescatado cinco puntos en otras tantas salidas. Menos da una piedra. Sin gol, solamente ocho entre otros tantos desplazamientos, los defensas cumplen sin estridencias. Particularmente creo que los pepineros hace tiempo que han asumido su destino con resignación. Los traspasos de Braithwaite al Barça y En Nesyri al Sevilla así lo indican. Mala clasificación, pero buena tesorería. Y de consumarse la sentencia, un presupuesto de oro en categoría de plata.

Mientras los visitantes usarán la que posiblemente sea su última bala, al anfitrión le queda alguna más. Una de sus bazas es ganar, por supuesto, esperando que el Celta y el Eibar no se alejen demasiado. Y a ver qué pasa con el Espanyol que, igual los armeros, tienen el golaverage en contra. Otro detalle a considerar. No jugará Raillo, sancionado. Hay que recomponer la defensa. Vuelve Dani, algo es algo.

Arbitra Mateu Lahoz con su peculiar estilo de arbitrar que a mi personalmente me gusta. No obstante pitó un penalti en el Sánchez Pizjoán en el reciente Sevilla-Betis de marcado tinte local, que invita a la reflexión. Ya dirigió al Mallorca, precisamente en Cornellá. Nada que imputarle, pero mala noticia si se transforma de justiciero en lugar de vestir de árbitro. Ya le ocurrió a Iturralde.