Quien va a Sevilla……

Más allá de su clasificación para la próxima Champions hay lío en Nervión. Parte de la afición ha dejado de creer en Lopetegui y este ha desenterrado el hacha de guerra culpando a los servicios médicos del club de la cantidad de lesiones que han aquejado a la plantilla toda la temporada, mientras los galenos contraatacan achacándolas a la deficiente preparación física y pocos cuidados alimenticios de los jugadores. A río revuelto ganancia de pescadores si en el Mallorca hubiera alguien hábil con la caña, pero esta ya es harina de otro costal.

El Sevilla es una mezcla de fuerza, técnica y habilidad. Una defensa fuerte con Navas, Koundé, Diego Carlos y Acuña, Jordan pone calidad en el centro del campo que Rakitic o el Papu Gómez echan a correr. Rafa Mir o En Nesyri para rematar y Ocampos, la única duda tras su lesión en Villarreal, para desequilibrar. Pero bueno, ahi están Fernando, Gudelj, Johannesson, Oliver, Munir, Delaney, Lamela……en fin, no los vamos a descubrir a estas alturas de una película que para el Mallorca puede terminar mal. Un dato: solo ha perdido una vez en casa.

Cuando uno camina al borde del precipicio debe poner sumo cuidado en no sufrir un traspiés. Javier Aguirre cojeó en Barcelona y salió definitivamente trastabillado después del regalito del Granada. Desde entonces no hemos dejado de escuchar solicitudes de perdón, propósitos de enmienda y el habitual rosario de tópicos al uso en tales circunstancias. Si se hubieran hecho los deberes en su momento, no habríamos llegado a la presente situación. Ahora hay que remar con lo que hay y el mallorquinismo no está para discursos vacíos para cumplir trámites, ni cuentos de indios desde el desierto de Arizona. Remas y esperar, como toda la temporada, a que surjan tres equipos peores. Así que da lo mismo qué portero juegue, salir con tres centrales, dos o seis, como si alinea a los cinco «nueves» en nómina. Bueno, cuatro porque Fer Niño permanece ¿castigado? en Palma. . Un lujo inalcanzable hasta para el Madrid o el Barça. Gayá y Llabrés si han montado en el avión.

El canario Hernández Hernández ya estaba allí, pitó en Cádiz el domingo, así que permanece por aquellas benditas tierras para arbitrar también en Sánchez Pizjoan. Internacional y bien considerado por el Comité, peca de irregular. A sus casi 40 años, ya lleva 10 en Primera, el administrador nacido en Lanzarote solo ha dirigido una vez al Sevilla (0-1 en San Mamés) y ninguna al Mallorca que, sin embargo, siempre perdió con él hace dos cursos. Apelar a los arbitrajes con 35 partidos disputados suena a chufla.