Raillo, salvavidas (1-0 en Son Moix)

Un gol del capitán en el minuto 84 y a la salida de un saque de esquina, otorgó al Mallorca tres puntos todavía no suficientes pero si muy importantes para distanciarse de las peligrosas e incómodas posiciones de descenso. Tras dilapidar un primer tiempo sin hacer ni jugar a nada, los cambios introducidos en el segundo le dieron el control de un partido en el que pudo haber marcado antes de no mediar las intervenciones del portero visitante, Batalla, y errores manifiestos de Larin y Muriqi a portal desguarnecido.

ALINEACIONES:

R.Mallorca.- Rajkovic (1), Gio (1), Nastasic (2), Raillo (3), Copete (1), Lato (1), Mascarell (2), A.Sánchez (0), D.Rodríguez (1), Larin (0) y Muriqi (1).

Tras el descanso Morlanes (2) por Copete. En el minuto 58 Radonjic (2) por A. Sánchez, en el 67, Abdón (1) por Larin y en el 80, Sergi Darder (-) por Dani Rodríguez y Jaume Costa (-) por Lato.

Granada C.F.- Batalla (3), B.Mendes (1), Piatkovsky (1), I.Miquel (1), C.Neva (1), Gumbau (1), G.Villar (1), Pellistri (0), Jozwiak (1), Uzuni (0) y Lucas Boye (0).

Minuto 71, Hongla (1) por G.Villar y Arezo (0) por Uzuni. Minuto 84, Puertas (-) por Jozwiak y Ricard (-) por B.Mendes. Minuto 92, Corbeanu (-) por C.Neva.

ARBITRO:

De Burgos Bengoetxea (2), del Comité Vasco. No parece tan difícil arbitrar sin complicarse la vida. Mostró tarjetas amarillas a Nastasic y Larin por sendas entradas. Anuló un gol de Raillo por fuera de juego evidente. Pitó 16 faltas contra el Mallorca y 9 a favor, dato que dice poco a favor de un conjunto, el visitante, condenado al descenso.

GOL:

Minuto 84, corner que bota Sergi Darder desde la derecha hacia el punto de penalti, donde Raillo logra conectar de cabeza por alto y cerca de la escuadra opuesta. 1-0

16,447 espectadores

El Mallorca Juvenil DH ofreció la Copa del Rey de la categoría a la afición.

CAMBIO DE PLANES

En el patio del colegio, como en fútbol sala, inventábamos la figura del portero-defensa. Javier Aguirre ha popularizado el delantero-defensa, Muriqi, quien llega a bajar y ayudar tanto en la contención que llega asfixiado al área cuando le toca rematar a gol. Larin, un estorbo dedicado a pelearse consigo mismo y ciego ante la portería adversa, no sirve como ayuda. En la persistente e inútil búsqueda de uno o de otro, el Mallorca tiró los primeros cuarenta y cinco minutos al limbo, un lujo que ningún equipo modesto se puede ni debe permitir.

El Vasco tuvo que renunciar a su propio manual a la vista de que ganar sin hacer nada para ello suele dar mal resultado. Suelto Lato por su banda sin que ninguno de sus compañeros le viera y Antonio Sánchez perdido en el laberinto del centro del campo que nunca encontró, la falta de ambición de un Granada sin resortes dio tiempo para redibujar el mapa. Primero con la entrada de Morlanes a costa de prescindir de un defensa excesivo, Copete, pero también a raiz de la aparición de Radonjic para abrir brecha y ensanchar el espacio.

Fueron los mejores minutos del anfitrión, sobrado en retaguardia por la inoperancia ofensiva de los nazaríes, que desperdició las oportunidades más claras en las botas, la precipitación, la ansiedad, las deficiencias técnicas y la ansiedad del internacional canadiense, no merecedor de la bula que no tiene alguno de sus colegas.

El Plan B metió a los de Medina en su campo, solo en un escarceo Uzuni obligó a Rajkovic a su única intervención, pero el Mallorca había tomado el mando, el control y aunque Arezo regaló el drama al interpretar al revés una contra de tres contra dos después de que entre Batalla y los fallos el marcador siguiera inamovible, el remate de Raillo cuando ya revisábamos el recuento de apuntes, vino a hacer si no justicia al mejor, si castigo al peor o, explicado de otro modo, premio a quien más lo había buscado.