Tres peores para hoy y también mañana
Hubo un tiempo no muy lejano en que, a falta de goles, aplaudíamos hasta los córners. Ahora ya ovacionamos la reforma del estadio municipal de Son Moix cuyo inquilino es el Real Mallorca que, a no más tardar, terminará siendo el propietario. Juan Fageda le dio la llave al doctor Beltrán y Jaime Martínez u otro se la entregará a Andy Kohlberg, anfitrión de fiestas y sufridor semanal en solidaridad con los aficionados que comparten graderío, previa presentación de DNI si el asiento se ubica en el nuevo fondo sur.
Miramos el electrónico de otros campos para no ver los guarismos del nuestro. Almería sigue sin ganar, el Granada pierde otra vez y el Cádiz palma con estrépito para acreditar que el sur, en efecto, no existe. Siempre habrá tres equipos peores, como siempre quedó Paris para Humphrey Bogart e Ingrid Bergman.
Intuir el futuro genera más ilusión que escuchar el timbre del despertador que nos abre al presente. Cuando leo, no veo, e incluso atisbo que hay quienes califican a Larin como el mejor del Mallorca contra el Celta, me pregunto cómo serán los otros si el «mejor» es un delantero que marca un sol gol rebotado en el portero, de seis ocasiones manifiestas. Claro que, puestos a cuestionar, no entiendo el sentido que tiene alinear a un futbolista lesionado, Maffeo, cuya honradez supera de largo a su estado físico, ni qué sentido tiene alinear a Sergi Darder, sea cual sea el momento del encuentro, con un dibujo de cinco defensas a pesar de que Copete los reduzca a cuatro.
Perdido en tales disquisiciones repaso la media vuelta, que no es la de la ranchera de José Alfredo Jiménez, sino los resultados obtenidos entre cercha y cercha, de sensaciones en sensaciones, han puntuado el Celta, el Cádiz, el Alavés, el Getafe, el depauperado Villarreal y celebramos empates frente al Barça y el Athletic. La noche del próximo día 27, en lugar de divertirnos visualizando una victoria sobre el Betis, nos extasiaremos con la arquitectura, las luces, el humo i los dimonis.