Un trago que no es de Copa

Un anfitrión complicado y un árbitro aun peor. Nunca se sabe, pero toca via crucis el día en que Javier Aguirre cuenta con los 25 profesionales de su plantilla y no desplaza a un solo futbolista del Mallorca B.

El mejicano intuye que le quedan dos vidas, así lo ha dejado entrever en la rueda de prensa previa al partido contra el Betis, imbatido en el Benito Villamarín esta temporada, el local menos goleado junto con el Real Madrid, aunque rentabiliza sus goles, pocos si tenemos en cuenta que además de los seis de arriba, Sevilla e incluso Granada y Almería anotan mejor balance artillero en sus respectivos feudos.

No será por falta de recursos. Borja Iglesias, que vuelve a la convocatoria, William José, Ayoze, Rodri alimentados desde las bandas por laterales ofensivos como Bellerin y Miranda y creativos del orden de Isco Alarcón en su segunda juventud, Marc Roca o Fekir, de vuelta tras su larga convalecencia, hábiles y de técnica depurada para provocar la ruptura de hombres de segunda línea, Luiz Henrique por ejemplo, o jóvenes llenos de desparpajo y ambición del perfil de Assane Diao o Ez Abde.

Más allá del dilema planteado al «Vasco» entre Larin y Abdón, bien hará en encontrar jugadores solidarios con sus defensas de ala. Maffeo precisará ayudas para tapar su parcela y no vérselas en desventaja cada vez que suba Miranda y, Lato o Jaume Costa, otro de los problemas no resueltos por el «míster», para no agotarse antes de lo necesario en el costado opuesto. Mala papeleta.

El regreso de Raillo permite soldar la zaga de cinco, pero habrá que ver si cuatro por delante y uno arriba, o con tres y dos. Lo de siempre, si vistes arriba destapas abajo y si cubres atrás, enseñas los pies por delante. Este equipo, por ahora, no da para todo.

Mal árbitro, si. Desastroso. Tocó sufrirlo la pasada campaña en San Sebastián, gol a todas luces reglamentario anulado a Amath, y victoria, 0-1, en Vigo ensombrecida por un empujón del sujeto, Ortiz Arias, altanero, a Kadewere. Recientemente ha protagonizado otro altercado con el central del Girona, David López, que le acusó de insultos que no han sido probados y le han costado la apertura de un expediente al jugador. Es su tercera temporada en Primera, amparado en la fuerza del Comité madrileño. Cumple 39 años a final de mes y en once jornadas, es su tercera designación con los verdiblancos, 1-1 con el Cádiz y 1-2 en Villarreal. Los caminos del CTA son inescrutables.