A otro perro con ese hueso
No es por mi habitual espíritu crítico, pero no acabo de entender el rasero de múltiple aplicación que manejan Robert Sarver, sus socios y su primer ejecutivo, Maheta Molango. Si es verdad que el principal accionista vetó la salida de Raillo dejando de ingresar casi tres millones de euros y, después de bajar a Segunda B, le convenció para que se quedara igual que a Lago Jr. aun a costa de perder más de cuatro millones, no se entiende que por quince mil euros no haya complacido a los abonados que reivindican la apertura de la grada de sol y se oponen a la política del club de enviarlos a tribuna cubierta. ¿Me están contando que renuncian a siete millones por un lado y pretenden ahorrarse quince mil euros por no abrir unos tornos?. ¡A otro perro con ese hueso!.
Aquí ocurren dos cosas, por un lado la apertura parcial de la tribuna del este del estadio debido a la presión social recibida y por la otra y la única explicación coherente al margen de que estemos o no de acuerdo, la imperiosa necesidad de que aparezca mucho público en la transmisiones de televisión, una exigencia de Javier Tebas que por algo puso en contacto a dueño y consejero, que ya movió ficha al desplazar a las cámaras de televisión al lado contrario del habitual les moleste la dirección de la luz o no. Tampoco debe ser casual, no lo sé, que se incremente el límite salarial de una sociedad anónima deportiva cuyos presupuestos prevén unas pérdidas de casi cuatro millones de euros al cierre de la presente temporada.
¡Que levante la mano quién se quiera salvar!, ¡la gente no quiere que le coman la cabeza!. Es una canción de Lucrecia. Si.