Abierta la veda

Más que un estado de ánimo, tal como asegura Jorge Valdano, ex futbolista y ahora columnista y comentarista de televisión, el fútbol se parece más a una ilusión.  La esperanza de un buen resultado que anima la semana de cada seguidor aferrado al equipo de su tierra, de su simpatía o, en proporciones nada desdeñables, aquel cuya victoria es más frecuente y probable. Porque este anhelo se transforma en decepción al final de cada jornada si el marcador ha señalado unos guarismos distintos a los deseados. El ensueño del viernes a veces se desvanece con la realidad del lunes.

Nadie va al campo para ver perder a su equipo. No hay quien pague una entrada para sufrir un desengaño. Es la fantasía la que mantienen las gradas llenas, al punto que el espectáculo visto por televisión acrecienta la indiferencia. Si se efectuara una encuesta seria en este sentido probablemente veríamos hasta qué punto  es el juego en si mismo el que atrae a los espectadores o más bien el interés en la victoria de sus equipos. En un sofá y ante la pequeña o gran pantalla, los sentimientos y las reacciones fluyen de manera diferente.

Aunque la liga ha terminado hace apenas ocho días, los seguidores de cada club ya especulan y sueñan con los fichajes que se incorporarán para reforzar, apuntalar o mejorar los resultados precedentes. Nadie cree que su equipo jugará peor, sino que reina un optimismo latente y una confianza casi ciega en los responsables de buscar los profesionales que, sin saberlo, viven en los sueños, nunca pesadillas, de sus aficionados.

Las campañas de abonos se basan, precios aparte, en este anhelo. En el caso del Mallorca nadie desea el traspaso de Kang-in Lee, aunque transigirían si el pago por su transferencia fuera invertido en sustitutos capaces de garantizar ya no su mismo rendimiento, sino superior. No obstante me temo que los planteamientos de directivos, técnicos y público viajan por caminos diferentes, autopistas para unos y carreteras comarcales para otros. Que cada cual escoja por cuál de ellas discurrir.