Algo tiene el agua cuando la bendicen
Ni siquiera en la promoción de ascenso, el Mallorca obtuvo buenos resultados fuera de casa. Igual que ahora basó su éxito en los partidos disputados en Son Moix por lo que no cabe ahora hablar de casualidades, sino bucear en otras causas que expliquen tamaña diferencia.
Si repasamos las estadísticas de sus números en segunda división recordaremos que los de Vicente Moreno solamente lograron ganar 4 veces fuera de casa, empataron en otras 8 sumando un total de 20 puntos frente a los 49 obtenidos en Palma. Como visitante fueron cifras de descenso. Solo 18 goles a favor en 21 partidos por 25 en contra.
En casa al contrario. Ganaron 15 encuentros, con 4 tablas y solo 2 derrotas, precisamente contra el Albacete y el Málaga que terminarían en tercera y cuarta posición. Marcaron 35 goles y solo recibieron 12.
En el primer tercio de la competición actual se dan bastantes paralelismos. En 5 salidas únicamente 2 tantos a favor y ambos en el mismo escenario, el Coliseum Alfonso Pérez. En las cuatro restantes cero patatero y, en cualquier caso, ni un solo punto frente a los 14 totalizados como local.
Algo tiene el agua cuando la bendicen y si se reproduce la historia será porque, salvo la categoría, poco han cambiado los modos y los modales, las formas y el fondo, la filosofía y el dibujo. Mientras esto se mantenga en iguales porcentajes no hay mucho que temer, pero es más seguro hallar una línea de equilibrio entre una propuesta, la del anfitrión, y la otra del forastero.