Almas en pena en Hispalis (2-0)

El Mallorca volvió a ofrecer su peor cara en Sevilla ante un anfitrión espoleado por su necesidad de disfrutar de una posición más alejada de la cola que no encontró oposición en un conjunto sin alma, poco intenso y frágil pese a su numerosa defensa. Rajkovic evitó en la primera parte una goleada de escándalo. El 2 a 0 del descanso lo administró sin esfuerzo el vencedor a lo largo de una segunda parte de quiero y no puedo por parte del desconcertante cuadro palmesano.

ALINEACIONES:

Sevilla C.F.- Bono (1), J.Navas (2), Bade (1), Nianzou (1),Gudelj (1), B.Gil (2), Suso (1), Fernando (1), Gueye (1), Oliver (2), y En Nesyri (2).

Minuto 57, Montiel (1) por J.Navas. Minuto 72, Ocampos (1) por En Nesyri y Rakitic (1) por Suso. Minuto 80, Jordán (-) por Fernando y Acuña (-) por Oliver.

R.Mallorca.- Rajkovic (2), Maffeo (1), Valjent (0), Raillo (1), Nastasic (0), Augustinsson (0), Baba (1), Galarreta (1), D.Rodríguez (1), Kang-in Lee (0) y Muriqi (0).

En el minuto 63, Morlanes (1) por Baba y Amath (0) por D. Rodríguez. En el 71, Kadewere (0) por Augustinsson y en el 84, Abdón (-) por Valjent.

ARBITRO:

Javier Iglesias Villanueva (1), de Pontevedra. Empezó bien pero en cuanto el marcador dictó sentencia, fue permisivo con los locales hasta el final. Señaló 19 faltas contra el Mallorca y 14 a favor. Amonestó a Baba y Kang-in Lee, de lado visitante y a Montiel, Gudelj, Jordán, Bryan Gil y el técnico, Sampaoli, del Sevilla. Expulsó al preparador físico de este último, Pedro Fernández.

GOLES:

Minuto 24, Gueye lanza un balón desde 70 metros a la espalda de Valjent, al que llaga En Nesyri que se planta ante Rajkovic y le bate por bajo. 1-0

Minuto 39, centro lateral de Jesús Navas, Nastasic y Maffeo fallan en el despeje y Bryan Gil marca a placer. 2-0

35.150 espectadores

NI PODER, NI QUERER

No es que el Sevilla, urgido por su clasificación, fuera un vendaval aunque apretó fuerte desde el principio, sino que el Mallorca parecía un rebaño de toros mansos rumiando tranquilamente en la dehesa. Los de Sampaoli, dispuestos a comerse la hierba, salieron a ganar por lo civil sin necesidad de hacerlo por lo criminal, mientras los hombres de Javier Aguirre si, los de siempre, pacían a la espera de no se sabe muy bien qué porque apenas lograban salir de las proximidades de su área. Por otra parte, nada muy distinto al planteamiento e imagen ofrecidos en Pamplona y Cádiz.

El técnico argentino estudió al enemigo mejor que el mejicano al suyo. Alguien debió avisarle de la alineación de Augustinsson, bien conocido a orillas del Nervión, una perita en dulce para la velocidad de Jesús Navas y Suso, convertidos en una pesadilla por la banda en la que Kang-in Lee iba a su guerra particular y Nastasic, falto de velocidad, no sabía si atender los recados a ponerse a servir. Contradictoriamente la lata no se abrió por aquel lado, sino por una desacostumbrada falta de concentración de Valjent y sus compañeros de zaga, sorprendidos en línea y posición adelantada. Lo vio Gueye que advirtió el movimiento de En Nesyri al dorsal del eslovaco y practicó un desplazamiento largo que permitió al marroquí batir fácilmente a Rajkovic que, todo hay que decirlo, ya había tenido que lucirse en sendos disparos de Gudelj y Suso y un cabezazo precio del mismo autor del gol.

El agobio derivó en un mal sueño, con el centro del campo totalmente perdido, al que Gudelj se sumaba impunemente para lograr una superioridad técnica y numérica que el cuarteto de la primera trinchera balear no encontraba forma de atajar.

Como ya hemos dicho otras veces, cuando eso ocurre no hay plan B. Era de esperar un cambio de mimbres y conciencia después del café, la ducha, el sermón, la bronca o lo que fuera en el vestuario. Pero no. Sin alternativas, Aguirre no efectuó cambio alguno hasta sobrepasados los 60 minutos. Y para nada. Morlanes dió algunos pases con sentido  y Amath, ninguno. Muriqi, la referencia, se limitaba a combinar mal con sus compañeros, cuando caía alguno por su lado, y a ganar por arriba algunos balones directos a los defensas de blanco. Peor aún, lo últimos cambios fueron un intento de justificarse a si mismo, Abdón en el minuto 84 por un central, el coreano de lateral izquierdo, Kadewere de estorbo y un caos solo comparable a los brochazos de un pintor sobre el lienzo que le ha salido mal y acaba en el cubo de la basura.

No hay plan B, no, pero si cara B.