Arreglo sobre arreglo

No hay nada peor que intentar arreglar un reloj sin ser relojero, ni tratar de pegar cualquier adhesivo un jarrón hecho añicos. El primero nunca volverá a marcar la hora y al segundo siempre se le notarán las grietas. Algo parecido es lo que propone Luis Rubiales, el presidente de la Federación Española que ignoró la final de la UEFA Champions de fútbol sala disputada por el Palma Futsal, naturalmente representado por Pep Sansó, su pelotillero en la Balear, que por supuesto pronto apoyará la nueva genialidad ideada por el primero para compensar la deuda, tal vez la ruina, que ha causado con el invento de la Primera Federación, Segunda y lo que venga, cuyas perspectivas, promesas, de beneficios han terminado en realidades de ruina.

La propuesta en ciernes, que se aprobará de acuerdo con la política de síes al poder establecido habitual en las asambleas, consiste en transformar los dos grupos de 20 equipos cada uno, en cuatro de 10 que disputarían la liga en dos fases. O sea, que regresamos a los cuatro grupos que ya había, pero con menos equipos para que no parezca un acto de contrición por el desastre creado hace un año. Los expertos en traducir textos aclaran: del estropicio inicial, pasaremos al doble estropicio.

La venta de la moto funciona más o menos de la misma manera: que si venderemos la publicidad, que nos comprarán los derechos de televisión de los partidos, que habrá menos gastos y más ingresos, que le echaremos emoción a las fases de ascensos y descensos para generar jugosas taquillas, etc, etc. Pero sarna con gusto no pica y los hay que son masoquistas.