Atraco a las 21’00
Si el calendario de la temporada en general es irresponsable, caótico y desordenado, el de la Liga, llámenla E-Motion o lo que les dé la real gana, pague quien pague, resulta particularmente demencial y lesivo tanto para los jugadores como los clubs participantes aunque algunos, como el Mallorca, guarden un respetuoso silencio que, en si mismo, encierra un mensaje negativo para el equipo.
Que la visita del Barça a Son Moix que debería cerrar la primera vuelta de la competición el próximo día 11 de enero se haya anticipado al miércoles 4 de diciembre, no solamente beneficia al poderoso que, ¡pobrecito!, previsiblemente tendrá que jugar la final de la Supercopa en el quinto carajo y, por supuesto, frente al Real Madrid en el cuadragésimo «clásico» de cada dos meses, sino que perjudica al débil, adivinen cuál es, al tener que recibir al líder entre semana y en jornada laboral con previsible reducción de la venta de localidades.
Pero el perjuicio deportivo es aun mayor al programar la visita del Valencia solo 93 horas antes del desplazamiento de Flick y sus muchachos a Palma y 69 para saltar al campo de Balaidos para enfrentarse al Celta de Vigo, lo que obligará a Jagoba Arrasate a tirar de rotaciones con las que probablemente no hubiera contado ni mucho menos necesitado.
Sin embargo y que se sepa, los bien pagados ejecutivos Díaz y Ortells no han alertado a la Federación Española en el vacío y a la Liga de Fútbol Profesional, enfrascada en la caza de «streamings» sospechosos para ver gratis un Leganés-Valladolid o un Cádiz-Eldense, en lugar de velar por los intereses legítimos, si no derechos, de sus propios asociados que, aunque no lo parezca, merecen el mismo trato sea cual sea su índice de audiencia televisiva.