Baño de realidad (1-0 en El Sadar)

Un Mallorca dubitativo en defensa e inexistente en ataque, cayó merecidamente ante un Osasuna que, sin grandes virtudes pero mayor implicación, arrolló por momentos a su invitado que tuvo en la figura de su portero, Dominic Greif, al causante de de no encajar una derrota más abultada. Rubén García aprovechó una de las numerosas indecisiones defensivas para asegurar los tres puntos, poco después del descanso.

ALINEACIONES:

C.A. Osasuna.- S.Herrera (1), Areso (2), Catena (1), Herrando (1), Bretones (1), Moncayola (1), Torró (1), Aimar (2), Rubén García (2), Bryan Zaragoza (2) y Budimir (1).

Minuto 70, Moi Gómez (1) por Rubén García. Minuto 78, Raúl G. (-) por Budimir, Nacho Vidal (-) por Areso e I.Muñoz (-) por Aimar. Minuto 82, Ibañez (-) por I.Muñoz, lesionado.

R.Mallorca.- Greif (2), Maffeo (1), Valjent (1), Raillo (1), Mojica (1), Samu (1), Mascarell (0), Asano (0), S.Darder (1), Dani Rodríguez (0) y Muriqi (0).

Minuto 61, Morlanes (0) por Mascarell y Larin (0) por Asano. Minuto 77, A.Sánchez (-) por Dani Rodríguez. Minuto 84, Abdón (-) por Sergi Darder.

ARBITRO:

Cordero Vega (1), de Santander. Sin influir en el marcador cometió ligeros errores de apreciación, dejó jugar a veces demasiado y, mal auxiliado en las bandas, prolongó menos tiempo del que los jugadores locales perdieron a partir de su gol. Amonestó a Areso y Sergio Herrera, de Osasuna y a Larin, del Mallorca. Señaló 17 faltas, 9 a favor de los visitantes y 8 en contra.

GOL:

Minuto 54, Areso supera a Dani Rodríguez por el lateral, centra el borde del área, un primer remate se estrella en el cuerpo de Mascarell, recupera el atacante, nadie se decide por alejar el balón que llega a Rubén García, que toca suave entre las piernas del mencionado defensor y de Greif.

Mallorca y Osasuna botaron cuatro saques de esquina cada uno

19.900 espectadores

SIN SALIDA

Las probabilidades de tormenta en Pamplona solamente eran del diez por ciento, sin embargo cayeron no pocos rayos y truenos en el área del Mallorca, sometido por un Osasuna más atento y concentrado que encontró en tres intervenciones meritorias de Greif y el palo izquierdo de su meta, los obstáculos decisivos para no retirarse ya con ventaja al final de la primera parte.

Mientras los de Vicente Moreno se aplicaban a lo que saben hacer, presionar en campo ajeno, robar y atacar por las bandas, los de Arrasate, remiso y tardío en los cambios, hacían todo lo contrario mostrándose muy lejos de la primera línea local e incapaces de salir de su mitad de campo cuando poseían el balón. Con Sergi Darder en terreno adversario, ninguno de sus compañeros encontró velocidad e inspiración para controlar el juego y encontrar al de Artá, el único que disparó entre los tres palos obligando a Sergio Herrera a su mejor intervención, que tampoco halló colaboradores en Dani Rodríguez, totalmente superado por su lateral, Areso, un Samu absolutamente impreciso, por no hablar de Asano y Muriqi, poco dotados técnicamente y de Mascarell, que nunca supo cómo ni dónde pisar.

Aunque el desarrollo del lance exigía soluciones urgentes, pese a lo engañoso del marcador, nadie reaccionó desde el banquillo antes de impedir lo irremediable o de agotar los sesenta minutos de rigor. Y sí, entró Morlanes para intentar poner orden donde reinaba el caos posicional en un once cuyos futbolistas llegaban tarde a todos los duelos y reiteraban combinaciones inocuas, pases cortos y fallidos o pelotazos en busca del «Pirata» cuyo barco había sido amarrado con firmeza por los centrales rojillos (el Mallorca vistió ayer de un celeste pastel).

Una vez abierta la frágil lata y descubiertas las carencias del perdedor, únicamente se trataba de dejar pasar el tiempo hasta que el visitante de turno se convenciera de la inutilidad de su débil empeño.

Ante la visita del Sevilla el próximo martes a Son Moix, apenas disponemos de unas horas para recordar lo evidente. Si Pablo Ortells no hace sus deberes -un lateral diestro, un central de recambio, un centrocampista y un extremo- puede que pinten bastos y no oros.