Blanco y en botella

No hace muchos años ciertos consejeros del Real Mallorca SAD filtraban los contenidos de las conversaciones en el seno de sus consejos de administración. Dejaban sus móviles grabando o directamente se veían en la necesidad de salir al cuarto de baño con una frecuencia que no provocaría ni la más crónica de las enfermedades de próstata. Seguramente García Ferreras lo llamaría «más periodismo», yo lo defino como más espionaje del que no culpo al receptor siempre y cuando no pagara al judas, sino al emisor por su traición y deslealtad.

Al parecer la práctica se ha extendido y los audios de la más reciente reunión a tres bandas entre la Federación Española de Fútbol, la Liga de Fútbol Profesional y la AFE acabaron en un programa de la Cadena SER. Ahora las tres partes se acusan entre si y amenazan con demandar cada una a las otras dos, algo así como el cuento del ascensor en el que quien expulsa su ventosidad pregunta en voz alta si alguien ha soltado un pedo. Y estos son, señoras y señores, los llamados a entenderse. Claro que por el humo se sabe dónde está el fuego. No sé si me entienden.

Lo que si tengo claro es que la condición y la calidad humanas se miden en las dificultades, en situaciones difíciles, no en tiempos de bonanza o euforia y me da que en el mundillo del fútbol español no hay mucho de una cosa ni de la otra. Si este botón de muestra no les basta, revisen las últimas declaraciones de un vicepresidente del Barça: «si pagas un millón por algo que solo vale cien mil euros, pues blanco y en botella». ¿Empezamos a tirar de la manta?.