El Mallorca no hizo nada, ni tampoco tuvo ocasión, para imponerse a un Getafe que no necesitó forzar la máquina más allá de su habitual intensidad para ganar un partido en el que no pasó el menor apuro y perdonó al menos tres ocasiones inmejorables para firmar una sentencia más grave. Los empates del Celta, Leganés y Espanyol, lejos de favorecer a los de Son Moix, les acercan a objetivos que por estos pagos se alejan cada vez más.
ALINEACIONES:
R.Mallorca.- Reina (2), Pozo (1), Valjent (2), Raillo (1), Lumor (1), Baba (1), Salva Sevilla (0), Dani Rodriguez (1), Kubo (1), Cucho (0) y Lago Jr. (0)
Minuto 55, Chavarría (0) por Salva Sevilla. Minuto 71, Abdón (0) por Cucho. Minuto 75, Febas (1) por Baba.
Getafe C,F.- David Soria (1), Damián (1), Djené (2), Etxeita (1), Olivera (1), Arambarri (2), Maksimovic (2), Etebo (1), Kennedy (1), Mata (1) y Angel (1).
Minuto 69, Deyverson (1) por Angel. Minuto 77, Amath (-) por Kennedy. Minuto 95, Timor (-) por Etebo.
ARBITRO:
Melero López (0), del Comité de Andalucía. Nunca entendí su ascenso ni ahora su permanencia en la categoría. Para pitar dejando jugar hay que saber muy bien lo que uno pita porque sino corres el riesgo de parar lo que no es y pasar por alto lo que sí es. Como producto de sus malas interpretaciones tuvo que acabar mostrando tarjetas amarillas a Olivera, Angel, Deyverson, Etebeo y Etxeita, del Getafe y a Chavarría, el «Cucho» y la roja a Salva Sevilla ya en el banquillo, donde también la vio Pendín.
GOL:
Minuto 67, centro desde la izquierda que Maksimovic, solo en el área, cabecea a placer. 0-1
COMENTARIO:
Nadie es imprescindible salvo que hablemos de la plantilla del Mallorca, confeccionada con el “Fifa” de un principiante, y se haya lesionado Budimir. Sin su delantero de referencia los de Vicente Moreno jugaron regular en defensa y el centro del campo, pero sin cañones ni pólvora. El Getafe fiel a su estilo y generoso ante Reina, que en dos intervenciones evitó la humillación, pudo haber salido sin portero porque Soria no tuvo que intervenir más que para sacar desde el área pequeña. Una flor no hace estío, pero en este equipo claro candidato al descenso un solo jugador es capaz de transformar al conjunto.
El partido fue soporífero durante la mayor parte de la tarde, lo que propició buscar entretenimiento en otras tareas. El árbitro, malísimo aunque para nada culpable de la derrota, dio motivos para más de una protesta en la grada, pero entre bronca y bronca una mirada al banquillo local y al visitante aclaraba una de las razones por las que mientras una escuadra intenta evitar el descenso la de azul se mantiene en dos competiciones, una de ellas en Europa donde da que hablar no solo por su pragmatismo táctico y estético.
Mientras el anfitrión carecía de este delantero capaz de recibir en largo, aguantar la pelota, esperar la incorporación de sus compañeros y, además, fijar a los centrales y acudir al remate a la menor oportunidad, el “Eurogeta” ni se acordaba de las ausencias de Nyom y Cucurella y no tuvo que preciar mayor fuerza de la necesaria pese a su fructífera visita a Amsterdam tres días antes. Le bastó aprovechar uno de los habituales errores de la zaga bermellona, Raillo desubicado y Lumor lento en el cruce, sin que ninguno de sus compañeros advirtiera la intrusión de Maksimovic para rematar sin moverse del sitio ni despeinarse.
Quedaba tiempo para minimizar el estropicio y, al menos, rescatar un punto. Pero el entrenador persiste en su errónea idea de que comprar más cera invita a que arda el fuego, una maniobra inútil si no hay quien encienda la mecha. El trabajo del olvidado Chavarría se limitó a caer en fuera de juego o cometer faltas, lo más inútil de un atacante que se precie. Abdón, sin novedad. En cambio si resultaron novedosas la ineficacia de las cabriolas de Kubo y el bloqueo del “Cucho”, demasiado jóvenes para echar sobre su espalda la responsabilidad colectiva.