El Mallorca remontó sin demasiadas dificultades el inicial gol de Las Palmas para anotarse una victoria que le devuelve a posiciones de «play off» y reafirma su fiabilidad como equipo, pues se mostró siempre superior a un anfitrión débil de defensa y limitado en ataque. Por el contrario, los de Vicente Moreno hicieron suyo el balón la mayor parte del tiempo y tras empatar antes de los veinte minutos, sentenciaron a balón parado en una segunda parte paciente y más intensa que la de su rival.
ALINEACIONES:
U.D. Las Palmas.- Raúl (1), Lemos (0), D.García (1), Aythami (1), De la Bella (1), R. de Galarreta (1), Timor (1), Fidel (0), Momo (0), Rafa Mir (1) y Rubén Castro (0).
Minuto 62, Blum (0) por Momo. Minuto 70, M.Mesa (0) por Fidel. Minuto 80, Pekhart (-) por Timor.
R.Mallorca.- Reina (2), Sastre (1), Valjent (1), Raillo (2), Estupiñán (2), Baba (2), S.Sevilla (1), Leo Suárez (1), D.Rodríguez (1), Lago Jr (1) y Budimir (2).
Minuto 59, Ariday (1) por Leo Suárez. Minuto 74, Abdón (1) por Budimir. Minuto 84, Pedraza (-) por D.Rodríguez.
ARBITRO:
Figueroa Vázquez (0), del Comité de Andalucía. Concedió el primer gol del Mallorca en fuera de juego de Budimir y en la segunda parte señaló saque de puerta un claro despeje a córner del portero local, con el marcador aún en tablas. Amonestó a Lemos y Fidel, de Las Palmasy a Estupiñán por parte visitante.
GOLES:
Minuto 7, centro de Momo al área donde Rafa Mir toca suave anticipándose a Valjent. 1.0
Minuto 17, internada personal de Estupiñán que, en lugar de terminar él mismo en condiciones muy claras, cede a Budimir quien marca a portal vacío en fuera de juego. 1-1
Minuto 75, falta botada por Salva Sevilla, la zaga local se queda parada y Raillo se adelanta sin oposición para marcar de cabeza. 1-2
COMENTARIO:
El Mallorca no desaprovechó esta vez la ocasión de presentar su candidatura oficial al “play off” de ascenso con una victoria merecida que convierte en simple anécdota la concesión de su primer gol en fuera de juego de su autor, Ante Budimir. Las Palmas jugó siempre al ritmo marcado por sus invitados, siempre mejor posicionados sobre el terreno de juego, más intensos y claramente superiores. Pepe Mel tendrá mucho trabajo para enmendar los numerosos errores defensivos de sus nuevos pupilos y mejorar una línea de ataque que, si ya iba muy justa, ha perdido mucha pólvora con la lesión de Araujo. Su victoria en Riazor fue un espejismo del que despertó delante de su desilusionada afición.
Las intenciones de Vicente Moreno quedaron claramente expuestas desde el primer momento. La alineación de Baba por Pedraza alimentaba la idea de mantener el balón el mayor tiempo posible y la de Leo Suárez buscaba un control efectivo de la zona ancha con mayor número de efectivos que su anfitrión. El gol de Rafa Mir a los siete minutos no trastocó los planes trazados en un principio, ni tampoco la salida local en la segunda parte, cuyo efecto efervescente se diluyó en poco tiempo. Los canarios tampoco prestaron mucha atención en las bandas, por donde Estupiñán penetró a placer, lo mismo que Sastre aprovechando las diagonales de sus apoyos, Lago Jr y el argentino o, en su caso, Ariday, al mismo tiempo muy solidarios en tareas de cobertura.
Probablemente no fue el mejor partido mallorquinista fuera de casa, pero si uno de los más prácticos hasta que el conjunto local se rindió a la evidencia. Los otros resultados no han podido ser más favorables. El Cádiz se descompone mientras Alvaro Cervera empieza a arrojar la toalla advirtiendo la mediocridad de su plantilla. Mal síntoma. El Oviedo ya ha dado todo lo que podía dar de si y del Alcorcón hacia abajo no aparece nadie que pueda impedir que Son Moix acoja algún partido más de los que la fase regular del calendario tiene previstos. Dicho sea sin reservas que, de tener que recoger, aguarían el pronóstico y, por supuesto, la fiesta. Aunque para festejos mejor esperar al final de la película.
Al Mallorca le protege, entre otras razones, su regularidad. No engaña. Puede estar mejor o peor, pero es muy fiable. Y la aportación de Budimir ha reforzado su estructura considerablemente.