Con la cara pintada y recién «peiná»
Javier Tebas, presidente de la Liga de Fútbol Profesional, hace como que no se lo cree, pero lo sabe. Quién sea de la Federación Española, que se arrodilla ante la FIFA y la UEFA y se sometería al mismísimo diablo, si ya no lo está, para sostener la gestión de su inacabable e inabordable fuente de ingresos, también lo conocen aunque no les afecte directamente. El fútbol español está en ruina económicamente, pero también en una notable crisis de juego, resultados y prestigio. Al final ambas cosas son disociables y no se arreglan desviando con incidentes provocados por aficionados lamentables lo que había sido el peor Atlético-Real Madrid en décadas. Un suceso que, por otra parte, no ayuda nada.
En cuanto hemos salido a dar la cara por Europa, no la han pintado. Y no, ni un solo equipo de la Premier, la Bundesliga o el Calcio, más bien los sub campeones de Francia, Portugal y Países Bajos, que antes se llamaba Holanda, además del cuarto clasificado en la Ligue 1 del país galo. Esto si que es «Pesadilla en Elm Street» y no la película de Wes Craven. Sí, he incluido al Mónaco aunque el Barça haya ido de vengador sin piedad al golear a unos suizos que juegan al fútbol después de salir de la oficina.
El verdadero problema no radica exclusivamente en la calidad del espectáculo que nos ofrecen, sino en su relación con el precio que cuesta, desde el que pagan los clubs, presididos por personajes engreídos y prepotentes en su mayoría, a lo que les cuesta a los aficionados que no tiran mecheros porque compran su entrada a la televisión. De aquellos que pasan por taquilla y se comportan con un mínimo de urbanismo van quedando menos.
No hay mal que por bien no venga. Aunque sea lentamente, el público se da cuenta de que no hay un solo «mbappé» que valga lo que le pagan y que eso que llaman las Ligas EA Sports e Hipermotion tienen más de pingüe negocio que de «sports» y de todo menos eso «emotion». Eso en un país con cuatro diarios deportivos de tirada nacional y otra media docena de locales o regionales que dedican el 80 por ciento de sus contenidos al evento, además de medios audiovisuales que tampoco nos han hecho olvidar a José María García, Antonio Valencia o Joaquín María Puyal. Eso si, mantienen vivo el circo. No es poco.
¿La primera competición del continente, ni hablar. ¿La cuarta?, eso era antes.