Cuestión de suerte

Pues si, es cuestión de suerte que te toque un árbitro u otro. Ayer en el Nou Camp el señor Gil Manzano, que había expulsado a Lewandosky en Pamplona, mostró una merecida tarjeta roja a Brais Mendes, de la Real Sociedad, por un plantillazo sobre el tobillo de Busquets. En cambio Javier Iglesias Villanueva, el más joven de la saga, no actuó de la misma manera en idéntica falta de Dembelé sobre el defensa del Getafe, Alderete, en el mismo escenario, el Nou Camp.

Después de su desastre en la cabina del VOR durante el polémico Cádiz-Elche, Ignacio Iglesias Villanueva, el mayor de la saga, volverá esta próxima jornada a practicar su miopía en el Valladolid-Valencia. Cuestión de suerte, mala en este caso.

Como de costumbre, la espantosa reforma del formato con el que se disputa la Copa del Rey, al servicio de los grandes, ha empeorado la anterior, que ya era mala. Disputar los cuartos de final a partido único y por sorteo también depende de la suerte que, naturalmente, solo ampara a los poderosos. Las alegrías duran poco en casa del pobre. Nada, que Real Madrid y Barça les ha tocado en sus propios feudos. Fortuna y casualidad. Por si acaso Florentino y Laporta, ¡qué linces!, ya han registrado el nombre de «El clásico». Esto a Rubiales, Tebas ya los de la Superliga, no se las había ocurrido.