Despropósitos a tutiplen

Vamos con el segundo blog del día. Va, como ya anticipé, del partido de vuelta de la promoción de ascenso a primera división, conquistado por el Elche en buena lid aunque, debo añadir, con mucha suerte. He visto los cuatro partidos disputados por el equipo de Pacheta y no me ha gustado en ninguno de ellos. No le quito ningún mérito precisamente porque por plantilla y juego era claro perdedor y se ha superado a si mismo ante rivales que no eran para tirar cohetes, pero básicamente mejores. No lo demostraron en el marcador, que es lo que cuenta.

Respecto al choque decisivo y decisorio, el de Montilivi, pienso que el árbitro, sobre todo el del VAR, influye al decretar la expulsión de Stuani por una entrada, dura si, pero no merecedora de una tarjeta roja directa. Pero es preciso confesar que cuando vi el nombramiento me puse a temblar. En las eliminatorias del play off suelen pitar los candidatos a subir de categoría. El año pasado lo hicieron Soto Grado, que dirigió el Deportivo-Málaga y Pizarro Gómez, precisamente el árbitro del Mallorca-Deportivo. Nunca pensé que con la primera división en juego el Comité fuera capaz de designar al cántabro López Toca, posiblemente el peor árbitro de Segunda y, a mayores, el gallego Pérez Pallas, al que descendieron por malo pero, como premio a su supuesta sumisión, le colocaron en la cabina de vídeo. Pues bien, fue precisamente este quien mandó al principal a revisar el pisotón de Stuani, existente pero no grave, para transformar una bien mostrada tarjeta amarilla en una expulsión de alucine. El Elche no tiene la culpa,, claro, pero lo del Comité que preside Velasco Carballo empieza a ser de nota. Como muestra un botón: De Burgos Bengoetexea, aquel que se tomó siete minutos ante la pantalla para decidir si un piscinazo de Dani Rodriguez ante el Celta en Son Moix era o no penalti y aun así se equivocó, es «referee» UEFA por obra y gracia de no se sabe quién.

Dicho esto, no duermo pensando en la temporada que nos espera con estos equipos y estos colegiados. Bueno y con estos dirigentes. La guerra desatada entre Rubiales, rabioso por su ausencia en la esfera del fútbol profesional, y Javier Tebas, imbuido de sus propia aura de poder, mantienen parado al fútbol ante la manifiesta incompetencia del Consejo Superior de Deportes. Pero de eso ya hablaremos mañana. No es el calendario lo único que hay que poner en marcha. Y con urgencia.