El precio es lo de menos
Lo prometido es deuda y les cuento que hace unos días el concejal de urbanismo del Ajuntament de Palma, el socialista José Hila, recibió nuevamente en Cort a los directivos de la Asociación de Co propietarios del Lluis Sitjar a quienes expresó su consternación porque no hubieran aceptado la, según él, generosa oferta de compra que se les hizo llegar.
El edil ignora en primer lugar que, al contrario de lo manifestado por su alcalde, Antonio Noguera, los títulos del viejo Es Fortí no están en manos de especuladores, la mayoría de ellos, al contrario que el Mallorca, no necesitan el dinero, ni son cuatro desaprensivos que carezcan de techo bajo el que cobijarse. Son personas preparadas, con una posición económica y social estable, carreras universitarias, mallorquinistas y respetuosos con la decisión que tomaron sus abuelos o padres de contribuir a la construcción y mejora del que fue legendario coso palmesano. También desconoce que en numerosas ocasiones un gesto, un detalle, una pequeña concesión logra mayor poder de convicción que los inciertos argumentos utilizados hasta el presente por Cort.
Lejos de alcanzar acuerdos, Maheta Molango y su jefe, Robert Sarver, buscaron desde el principio la hostilidad al punto de contratar a un bufete de abogados de Madrid con el objetivo de acudir a los tribunales en busca de una sentencia desfavorable para los poseedores de dichos títulos de propiedad. En ningún momento ofrecieron mantener los pases de favor o la condición de abonados aun cuando el terreno fuera vendido, ni la Corporación Municipal ha especificado forma y plazos de pago de la modesta cantidad ofrecida en relación al precio de mercado.
El litigio en vigor aclara cuáles son los verdaderos sentimientos de la propiedad americana y sus empleados, pero jamás ha despejado sus intenciones. Un apunte más en su larga cuenta del debe. De los politicos sentados bajo la sombra d’en Figuera y a la espalda del banco del «si no fos», lo mejor que cabe esperar es su fecha de caducidad.