Iconos, ídolos y lemas
La renovación de Abdón sobre su propia renovación ha causado cierta sorpresa, nunca conmoción, en los mentideros futbolísticos de nuestra Comunidad. Esta vez coincidiendo con lo que los dueños del Mallorca han presentado antes las autoridades como un cambio de marca, que no es tal, sino unas cuentas pinceladas sobre el escudo y un nuevo eslogan, «El nostra Mallorca, la nostra Mallorca», un tanto presuntuoso en relación al resto de equipos insulares, como el nombre del restaurente ahora cerrado, al que también asistieron las complacientes autoridades autonómicas.
Antes hubo «Ho dus el cor, ho dus el cap», «Sang mallorquinista», «Cor mallorquinista», «I tú, puges» o «Amb tu ferem por». Y, puestos a convertir a futbolistas en ídolos, la afición, el público, ya proclamó al «Dimoni d’Artá» sin esperar al reconocimiento de la propiedad y con el agradecimiento y colaboración del interesado de quien en septiembre del 2018 Vicente Moreno, a la sazón el entrenador, negó haber dicho que era el «cuarto delantero». Y no lo fue del todo porque participó en 15 partidos de los 36 que constaba el calendario, 4 de ellos durante los 90 minutos, y fue convocado en los 21 restantes.
Han pasado seis años y aunque se da la paradoja de que, siendo el tercer equipo que menos goles marca en primera división en las 13 jornadas disputadas hasta la fecha, los tres delanteros, Muriqi, Larin y el joven de los Prats, tiene contratos hasta el 2026, 2028 en el caso del mallorquín que, por su parte, ha sabido remar durante seis años para, a base de unos pocos goles decisivos, ganarse la adoración de la masa social careta en ristre, bigote aparte, al punto de saludar amablemente desde el banquillo mientras Javier Aguirra tenía que dar explicaciones. De eso no hace mucho. El paso que separa la historia de la leyenda.