El Mallorca saldó con su décima derrota a domicilio su importante, aunque no trascedental, visita al Espanyol que tal vez jugó peor, pero se antepuso al nerviosismo y la ansiedad que los visitantes no supieron aprovechar. Más allá de loa lances de luego y su análisis global, habría que quedarse con un dato nada baladí. En el mercado de invierno los locales ficharon a De Tomás, Embarba y Cabrera. Los directivos de Son Moix a Koutris.
ALINEACIONES:
RCD Espanyol.- Diego López (1), Javi López (0), Bernardo (1), Cabrera (2), Didac (1), Embarba (2), Sergi Darder (1), Marc Roca (1), David López (1), Calleri (0) y De Tomás (1).
Minuto 64, M.Vargas (1) por Calleri. Minuto 71, Víctor Sánchez (1) por David López. Minuto 83, Víctor Gómez (-) por Sergi Darder.
R. Mallorca.- Reina (1), Pozo (1), Valjent (2), Raillo (1), Lumor (1), Baba (2), Salva Sevilla (1), Dani Rodríguez (1), Febas (1), Lago Jr. (1) y Budimir (0).
Minuto 64, Kubo (1) por Salva Sevilla. Minuto 71, «Cucho» (0) por Febas y Minuto 79, Abdón (-) por Lago Jr.
ARBITRO:
Mateu Lahoz (1), del Comité de Valencia. El partido, que tuvo mucho que pitar, se le hizo enorme y largo. El Var rectificó un penalti a favor del Mallorca pues el balón rebasó la línea de fondo antes del centro de Salva Sevilla. Pero se equivocó en la apreciación de bastantes faltas aunque no influyera en el marcador. Amonestó en el banquillo al portero suplente local, Prieto, y sobre el campo a Víctor Sánchez, Víctor Gómez, Didac, Cabrera y Marc Roca del Espanyol y a Salva Sevilla y Lumor del Mallorca.
GOL:
Minuto 57, Didac supera en la banda a dos contrarios, cede a Sergi Darder que, desde el borde del área y sin parar bombea hacia el punto de penalti donde De Tomás, sin marca, cabecea lejos del alcance de Reina. 1-0
COMENTARIO:
No sé si atenaza más el miedo a perder que le necesidad de ganar, porque no es lo mismo. Creo que la presión y la responsabilidad le pudieron al Espanyol y el Mallorca no lo supo aprovechar ante un rival directo por evitar el descenso que fue peor, al menos hasta el gol, pero se alzó con la victoria. ¿Justo o injusto, merecido o inmerecido?. Da igual. Lo único que cuenta es el resultado y en todo caso corresponde a los técnicos analizar cómo o por qué se produjo. Al derrotado le queda el escaso consuelo del golavarege favorable. Algo es algo y quién sabe si servirá como recurso final.
Entiendo el planteamiento inicial de Vicente Moreno al poblar su alineación de centrocampistas. Quiso que su equipo tuviera el balón, cosa que hizo, y logró que los medios blanquiazules tuvieran que limitarse a verlo pasar. Percutió insistentemente por la izquierda con serias dificultades para el lateral diestro Javi López, aunque sin crear claras oportunidades para batir a su homónimo, Diego. Hubo un tiempo en que el Real Madrid fue el de los García –Cortés, Hernández, Navajas, Remón- y los López, faltaba David, configuran parte del aturullado propietario de Cornellá El Prat. Sin embargo el cotarro lo maneja un mallorquín, Sergi Darder, que pasó desapercibido hasta la última media hora cuando, con sentido común, su equipo decidió no echarse para atrás para defender el gol anotado poco antes por Raúl De Tomás, ¡quién sino!. Raillo se había ido de excursión, Pozo rompía el fuera de juego y Baba no llegaba a tiempo de evitar lo inevitable. Esta vez así y otras de otra manera. Un punto de los treinta y tres disputados fuera no es por accidente.
Más difícil de entender es lo que vino a continuación, no por desconocido sino por inútil. Se marcharon Salva Sevilla, motivado y acelerado, y Febas para dar entrada a Kubo y el Cucho. Todavía quedaba Abdón en la reserva, pero también terminó por salir. La fórmula nunca ha salido bien porque por muchos delanteros que jueguen, no les llega una asistencia en condiciones. Es como reforzar la artillería sin suministro de balas y, claro, usar la metralleta como una porra tampoco arregla nada. En realidad el segundo gol local estuvo más cerca que el empate y lo tuvo otra vez el de Artá quien, con todo a favor, remató al muñeco de Reina.