La Copa ha muerto, ¡viva la Copa!

No pretendo que se me tilde de agorero, me han dicho cosas peores, aunque el Mundial no sea ninguna fiesta salvo para aquellas que celebran los clasificados sea por necesidad, Argentina, o sorpresa, Marruecos. Pero si la mejor noticia de la semana es que la cita de Qatar termina el domingo, ¡qué alivio!, la que viene regresa la Copa del Rey que, como se sabe, no es para animar a nadie.

Este año la AFE y otros sindicatos de futbolistas han tenido que tragar ante las exigencias del calendario impuesto por la FIFA. Las vacaciones de Navidad, por otra parte desconocidas en la Premier, serán cortas y, además, la fecha más señalada cae en domingo, así que apenas disfrutarán de unos pocos días para saborear los turrones, ese dulce que muchos entrenadores no comen.

Pues que se preparen porque, aun a riesgo de ser reiterativo, si Infantino se sale con la suya, de lo que nadie duda, y monta un festival de 48 equipos para 2026 y probablemente en verano, se las verán y desearán para encontrar 30 días de descanso entre liga y liga. Si con 32 selecciones se han tirado casi mes y medio, con 16 más tendremos asegurados dos meses de suplicio.

Cuentan que un padre acudió hace unos años a un centro educativo, en concreto la Academia Fleming recientemente premiada por la PIMEM, para concertar unas clases de repaso para su vástago, que había suspendido todas las asignaturas en los exámenes de junio. Al exponerle el horario de mañana y tarde cada día de la semana, el hombre expresó su preocupación argumentando que cuándo tendría vacaciones su pobre chaval. Le contestaron que, a la vista de los suspensos, deberían suponer que ya las había tenido en invierno.

La mayoría de futbolistas, salvo los internacionales de cada país, no las tendrán estas navidades, pero ya las han tenido ahora.