La madeja enredada

No hay quien se aclare. O si. Tampoco es un asunto de vida o muerte. L’Ajuntament de Palma se retira del patrocinio al RCD Mallorca SAD del estigmatizado Robert Sarver, pero poco después dice que si, que sigue y luego vuelve a negarlo. El Consell Insular, por voz de su presidenta, también va y viene o, mejor dicho, va pero no se sabe cómo ni por qué. Los aliados, o sea MES y menos, perdón el PI, sin olvidarnos de Podemos y Cs, niegan la mayor un día y tragan al otro con sus matices, o sea que no discuten el pago sino el concepto.

En medio del berenjenal, un portavoz municipal, disculpen que no recuerde el nombre, afirma que van a apoyar económicamente a clubs que no sean sociedades anónimas y sin ánimo de lucro. Algo tarde después de haber prolongado por 25 años más el regalo del estadio municipal de Son Moix a unos y abonar medio millón de «pavos» al otro para sembrar cesped en el Estadio Balear. Por no entrar a saco en la «opa» de Cort a los accionistas del viejo Lluis Sitjar con la mediación no de dios, sino del propio club, que acepta la valoración de sus títulos mientras pone la mano para ingresar el patrocinio, la subvención o lo que sea que le vayan a dar de una repajolera vez. La verdad, no pinta nada bien y alguien lo dejó caer un día antes en un despacho, no sé si de los que dan a la Plaza de Santa Eulari o de la calle Cadena. Curiosamente una día antes del retroceso.

Me temo que alguien pisa terreno pantanoso y aunque es posible que el lodo no engulla a nadie, salvo que alguien se lo proponga, creo que trivializar la cuestión -«el club es una cosa y sus dueños, otra»- no conviene a ninguna de las partes. ¿O si?. Una vez liada, cuesta desenredar la madeja.