La marca España

Según acaba de recordar nada menos que el nuevo presidente de la Real Federación Española de Fútbol, Rafael Louzán, hay que «cuidar» la «marca» España que representan el Madrid y el Barça. Deberían haberlo incluido en la ley de memoria para que no se nos olvide. En las Rozas y en el CTA lo tienen bien presente y si no, como apunta el presidente blaugrana, Jan laporta, siempre nos quedará el CSD igual que París a Humphrey Bogart  e Ingrid Bergman.

Sin embargo la marca de marras no ha resuelto muchos problemas al fútbol español en general. Parece que su imagen es más de cara al exterior, departamento del ministro Albares, que del interior, donde el jefe es Marlaska, no el de las crónicas de sucesos, sino otro. Con la grandeza de estos dos insignes clubs, por ahora no sociedades anónimas deportivas, la Selección Española no ganó un título mundial hasta el año 2010, casi un siglo después de su primera organización en el 1930. Su primera Eurocopa la conquistó en Madrid y contra Rusia en plena dictadura de Franco, ¡qué casualidad!, el famoso gol de Marcelino. Luego de nuevo la oscuridad hasta el 2008, seguidas del 2012 y 2024 precisamente cuando en la plantilla del Realísimo los futbolistas españoles se cuentan con los dedos una mano o media y en la del Barça todavía menos, si atendemos a las reivindicaciones de los independentistas.

Concluyamos en que la liga española, actualmente llamada no se qué de una emoción, la disputan 16 «sad’s» y otros dos clubs, contra la «marca», no el diario, sino «merengues» y «culés» y si a esta hay que cuidarla no estaría de más explicar a los demás en qué se concretan tales cuidados, aunque la inminente sanción a Vinicius Jr. por su expulsión en Valencia y la intervención de las autoridades superiores en la denegación de licencia a Olmo por negligencia de sus dirigentes, nos darán las pistas necesarias.