La otra clasificación
Podemos pensar que se trata de una simple casualidad o curiosidad al gusto o parecer de cada cual, pero lo cierto es que de los 20 clubs que compiten en primera división, casi la mitad, nueve, son propiedad total o mayoritaria de empresas extranjeras.
Quizás el dato no llame la atención y creamos eso que Javier Tebas, presidente de la Liga de Fútbol Profesional, defiende en relación al saneamiento del fútbol español. Tal vez. Pero si nos atenemos a lo que pregonan los resultados y, a partir de ellos, la clasificación, vale la pena caer en la cuenta de que entre los diez primeros solamente hay dos equipos con participación foránea, Atlético de Madrid y Celta, mientras que del undécimo hacia abajo son nada menos que siete los controlados por capital no español. El Mallorca incluido, como sabemos.
Pero si estrechamos el círculo, seis de las siete posiciones con derecho a entrar en competiciones europeas las ocupan clubs totalmente nativos. En cambio, en el vagón de cola, los últimos cinco, uno descendido y los otros cuatro intentando evitarlo, es decir: Elche, Espanyol, Valencia, Valladolid y Almería, no cuentan con un solo accionista local.
Aunque hace años y en el transcurso de una conferencia en Palma, Jaume Roures, del digital Público, la productora Mediapro, etc, me dijo que «bien gestionado, el fútbol es negocio», no parece ser por cierto el caso del Barça, los inversores que desembarcan en sociedades con problemas económicos para erigirse en propietarios por poco dinero, carecen de conocimientos profundos sobre la realidad, ni la formación que proporciona la cultura específica de lo que no deja de ser un deporte por mucho que lo quieran manejar como un comercio a gran escala. Así les va. Los concursos de acreedores y las listas de quiebras están repletas de grandes empresarios en otras áreas, que fracasaron en ésta.