Mallorquinistas del Lluis Sitjar

Los propietarios del Lluis Sitjar, asociados o no, han sido históricamente menospreciados, cuando no desdeñados al considerarles injustamente especuladores en lugar de mallorquinistas. Jamás ha habido un reconocimiento a su contribución de mecenazgo hacia el club, sino múltiples intentos para «quitárselos de encima» con fines que no consideraríamos altruistas. El desembarco de los capitalistas americanos, que han pretendido simbolizar su presunto sentimiento de empatía con la causa mediante la adquisición de un apartamento de lujo en el Passeig del Born, acrecentó el desprecio cuando Maheta Molango, en representación de Robert Sarver y sus socios, quiso comprarles sus títulos de propiedad a precio de paria: 2.000 euros.

Nadie que uno recuerde ha hecho el menor esfuerzo para establecer lazos mucho más cercanos y firmes con quienes hicieron posible la remodelación de un estadio ruinoso en una instalación digna para la época. Es más, Mateu Alemany estimó más oportuno abandonar Es Fortí para invertir la subvención destinada a su reforma y modernización en este Son Moix de titularidad municipal con dependencias internas sembradas de «pladur».

Como de costumbre se leen, escuchan y ven muchas inexactitudes. La mayoría de copropietarios del viejo recinto no son personas adineradas, ni millonarios pero tampoco se han caído de un guindo. No buscan dinero. El que necsitan ya lo tienen y saben que con el botín de la venta, si lo hubiera, no se van a comprar ya no un yate, sino ni siquiera un piso o apartamento de sesenta metros. El Ajuntament, que no repite oferta quizás por vergüenza, amenaza con una expropiación que seguramente le saldría más cara y los americanos ofrecen un asiento para quince años que los hipotéticos vendedores ya tienen de por vida.

El caso es que al paso veloz de «Mr.Marshall» por el pueblo imaginario de Berlanga, la Asociación de Copropietarios es la única que no ha salido a la calle o el balcón con los banderines de barras y estrellas, incluido Pepe Isbert, digo José Hila y su equipo.