Medidas arriesgadas
Como les he venido informando estos días, la AFE exige medidas sanitarias que garanticen la salud y la ausencia de riesgos para los futbolistas en el momento en que se reanuadaran las competiciones. En mi particular opinión esto no será posible en tanto en cuanto no se arbitre una vacuna de reconocida eficacia contra el Covid 19 ya que el fútbol es precisamente un deporte de contacto, respiraciones aceleradas, abrazos, mismo vestuario, etc.
No sé si la LFP o la Federación han propuesto la realización de tests previos a todas las plantillas. Si calculamos a una media de 25 jugadores por equipo serían necesarios 500 revisiones en Primera, 550 en Segunda y 2000 en Segunda B, sin contar entrenadores, técnicos, auxiliares, médicos, delegados, árbitros y encargados de las instalaciones. Después surgiría otra cuestión discriminatoria: ¿por qué testar a los profesionales del fútbol en su totalidad y no a la ciudadanía o a otros colectivos?. Sin entrar en la fiabilidad de dichos reconocimientos, visto lo visto. En fin, dicha intervención duplicaría la inicialmente prevista para detectar asintomáticos en Baleares, que también los puede haber entre los integrantes de cada uno de los 122 vestuarios en cuestión. Que tampoco se me ocurre qué se consigue con 2000 pruebas en poblaciones de 400.000 habitantes o más.
Ha habido hasta quien ha sugerido la posibilidad de albergar público en las gradas en base a dejar dos asientos vacíos entre cada uno de ellos. Una idea surgida indudablemente de una mente preclara en la cabeza de alguien que no ha visto, ni mucho menos asistido, jamás a un partido de fútbol. Se supone que la medida incluiría a los invitados al palco presidencial.
Yo lo veo complicado, sino imposible. La verdad. Lo vean como lo vean Rubiales, Tebas y Roures.