Mejor 2 millones en mano que un jugador volando
Si alguien cree que en el Mallorca existe la menor preocupación por la fuga de Montiel, una de sus grandes promesas -y no hay muchas- se equivoca. Se están frotando las manos con los dos millones que entrarán en el club debido al pago de su cláusula de rescisión. Por cierto habría que preguntarle a Maheta Molango si este ingreso, no sé si inesperado, servirá para aumentar el límite salarial de cara a la venidera temporada.
Robert Sarver ha confesado hace algunas semanas en un digital americano que plantea sus inversiones con mentalidad financiera. Su equipo en la NBA siempre termina en última posición, lo que le permite acudir al «draft» con ventaja para comprar baratos los mejores jugadores que, al cabo de un tiempo, vende más caros. Por lo que estamos viendo en Son Moix aplica las mismas normas si nos fijamos en su «modus operandi» y en las respuestas de su consejero delegado.
A poco de su desembarco el CEO apuntaba a un proyecto de cantera para constituir un modelo de club sostenible. Acabamos de ver que no es así. Hace menos argumentó que el descenso a Segunda B les permitió aligerar la nómina y prescindir de lo que, en su opinión, eran «manzanas podridas» que se ha encargado de sanear. Si repasamos la lista de despidos no sabemos por quién o quiénes iría. Nunca se habla de éxitos o fracasos deportivos, sino de ingresos o gastos económicos.
La salida de Montiel al fútbol italiano encaja en esta política, en la que se evita hablar de primera división pero se insiste permanentemente en el tope salarial. Una línea nada efectiva si recordamos que los tres ejercicios gestionados por el capital americano se han cerrado con pérdidas. Allá ellos.