Muchas y largas lesiones

Otro de los problemas a los que se enfrenta Arrasate y por reiteración puede que no sea casual, es la plaga de lesiones que asola a la plantilla desde su llegada. No disponemos de conocimientos suficientes, al menos yo, para dudar de la preparación física y mucho menos de los servicios médicos pero, dolencias aparte, la duración de las bajas complica bastante el trabajo de cualquier técnico.

Puesto que en el club todo es color de rosa si escuchas a sus portavoces y la investigación no parece atraer al interés de los canales informativos, generalmente sumisos o rendidos, habrá que enumerar los casos que se han producido cuya cantidad implica preocupación. El más actual el de Kumbulla, el defensa central que apenas se perdió un partido con el Espanyol, salvo por tarjetas, y que hasta este momento solo ha participado en 4 partidos a lo largo de 216 minutos, que equivalen a poco más de dos encuentros. Llabrés ya cayó en la pre temporada ha vuelto hace muy poco. ¿Qué decir de Asano?, que lleva no mucho más, 280 minutos de los 990 disputados, uno poquitos menos que los que pudo jugar en toda la campaña precedente. Robert Navarro se ausentó casi toda la segunda vuelta y, casualmente, no se lesiona en el Athletic. Sin olvidar los ingresos en la enfermería de Valjent, mes y medio, Muriqi, dos meses o Maffeo, más o menos igual. Lato y Leo Román completan a día de hoy la lista de bajas en un momento de juego, resultados y clasificación verdaderamente inquietante.

Si a esto añadimos que aun no hemos entrado en la fase de la competición en que el cansancio aprieta más y se acumulan amonestaciones y eventuales expulsiones, el misterio del tiempo invertido en convalecencias tan prolongadas incide sustancialmente en el ejercicio de conjugar estilos, demarcaciones, dibujos y capacidad de la que este vestuario no anda sobrado ni mucho menos. Salvo los grandes como el Real Madrid, el Barça, Atlético, Villarreal o Betis, el resto de clubs no disponen de presupuesto para formar dos equipos competitivos, 25 aptos para ser titulares. El drama que vive el Mallorca, a tenor de su pésima planificación y limitaciones económicas auto impuestas, es que ni siquiera reúne mimbres para un cesto de 15 o 16 y sus ejecutivos carecen de cintura o chispa para encontrar y aplicar remedio.