Ni vida, ni muerte

Se diría que el fichaje de Sergio Rico, portero del Sevilla que va detrás de Keylor y Donnaruma en el Paris Saint Germain, es cuestión de vida o muerte. Leo Román no ha sido muy exigido en los tres partidos, Copa y liga, en los que ha sustituido a Manolo Reina con Dominic Greif víctima de sus lesiones o enfermedades infinitas pero, sin emitir ningún juicio de valor sobre el joven guardameta ibicenco, si Luis García Plaza ha pedido un portero es porque sabe que vienen partidos muy duros y prefiere experiencia a futuro. Es un eterno debate. Iker Casillas debutó con 17 años en el Real Madrid, pero hay lujos que un equipo modesto no se puede permitir.

Esta seguridad no interfiere en la necesidad de apuntalar otras posiciones. Ya hemos señalado que el mercado de enero es complicado y más en el caso del Mallorca que no está dispuesto a invertir mucho dinero. De hecho la llegada del cancerbero se supedita a qué parte de su contrato asumen los franceses durante esta cesión de medio año. Ahora mismo la plantilla se ha quedado con un solo lateral derecho por mucho que ocasionalmente Jaume Costa pueda jugar por ese lado y, la verdad, mejor no cargar a Raillo con la responsabilidad de fortalecer de nuevo la zaga porque volver tras una lesión tan larga genera más incógnitas que garantías. Y luego está el fracaso de la dirección deportiva en el fichaje de un delantero centro: van cuatro y no sirve ninguno o eso es lo que se transmite al espectador.

El anuncio de fichajes, sea en agosto o en invierno, anima el cotarro; una vieja ley del fútbol. Tanto que ninguno, salvo excepciones puntuales que confirman la regla, llega como los recién nacidos con un pan bajo el brazo. Uno o más puntos en este caso.