Ni campeones, ni descendidos
Solo se han disputado ocho jornadas de liga y la prudencia aconseja abstenerse de anticipar acontecimientos tanto si son ilusionantes como pesimistas. Basta esgrimir un dato: en estas ocho semanas el Mallorca solo ha jugado contra dos equipos de la primera mitad de la tabla, Alcorcón y Albacete con resultado negativo en ambos casos. Los otros seis rivales andan por debajo de la duodécima posición de la tabla. Restan trece partidos para alcanzar el ecuador del campeonato con desplazamientos particularmente difíciles y, sobre el papel, algo más asequibles en Palma, salvo las visitas del Málaga y el Deportivo. Cierto que, finalmente, todos juegan contra todos.
Si quisiéramos hacer una lectura precipitada de estos datos, concluiríamos que la escuadra de Vicente Moreno está capacitada para navegar por la zona media de la categoría, con un margen para escalar y otro para retroceder. Pero cualquier postura en este sentido no podría fundamentarse con argumentos sólidos. Este mes de octubre debe aclarar bastantes aspectos antes de fijar objetivos, si bien el hecho de alejarse más del descenso que del play off permite abrigar un margen de confianza sin exigencias fuera de todo y de lógica.