No hay vaselina para el ridículo

No es que me guste entrar en estas disquisiciones, pero que algunos sectores mediáticos de la capital quieran minimizar el ridículo, si con todas las letras y cuatro sílabas, del Real Madrid en Palma en base a un fuera de Casemiro que no era tal y una agarrón de Salva Sevilla a Brahim que no se corrigió desde el VAR, alcanza tintes de sumisión por un lado y de forofismo por el otro.

Vale. Si vamos a eso mejor preguntar al presidente del Comité, el también madrileño Velasco Carballo, por qué uno de los peores árbitros de primera división, el gallego Iglesias Villanueva, ha sido retirado del campo para premiarle con un cómodo sillón frente a la pantalla. Es igual de malo. Lo mismo han hecho con el catalán Alvarez Izquierdo, otro que tal. Pero bueno, ¡menuda idea! la de otorgar poder de decisión a colegiados en trance de retiro y dudoso criterio.

Luis Aragonés no dejaba de recordar, cuando su equipo perdía, que siempre hay un contrincante enfrente. Uno puede jugar bien, pero el rival puede hacerlo de cine; o el enemigo mal, pero tu aún peor. En el Telediario de la 1 de TVE rotularon el nombre de Antonio Raillo bajo el busto de Fran Gámez y sin mediar rectificación. Un despiste lo tiene cualquiera, naturalmente, sobre todo cuando lo único que interesa son el Madrid, el Barça y el Atlético por riguroso orden.

Desviar la atención y crear cortinas de humo, que si el Galatasaray o el aplazamiento del «clásico», es más rentable que destripar los fallos de Zidane, el desgaste de Isco, Marcelo y algunos más, o crear ídolos a las primeras de cambio en busca de un Messi al que Vinicius, Brahim o Jovic jamás alcanzarán. Como no lo hizo Jesé y tantos otros encumbrados precipitadamente en su propio perjuicio y el de sus carreras.

Pero ¿saben?, esta vez el Mallorca fue mejor. Punto pelota. Una conclusión que no precisa tantos rodeos.