Pájaros en la cabeza

Jesús Quintero, referente de cualquier hombre de radio que se precie,  bohemio, soñador, maestro de la palabra y catedrático del silencio prefería cien aves volando que una en mano. Lo acabo de leer en el libro «Memorias del silencio. El mundo desde la colina» que rescata algunas de sus entrevistas y textos cedidos por sus hijas a la editorial «Temas de Hoy». Un pensamiento coherente con su manera de ser y pensar, igualmente propio de la juventud que tiene tiempo y energía para investigar, conocer, aprender y profundizar.

Cuando uno se juega la vida, su patrimonio o algo esencial, lo aconsejable es minimizar los riesgos. La semifinal de Copa ha llenado de pájaros la cabeza de una afición necesitada de satisfacciones y espectáculo. Lo inesperado es que los jugadores del Mallorca y su entrenador, entregados en la liga para no perder, se pongan a hablar de ganar en un ejercicio de incoherencia que deja al descubierto la inconsciencia de sus limitaciones.

La seguridad y la estabilidad del club y el equipo residen en permanecer en primera división. Esa es su razón de ser y estar. Sin embargo y aunque parezca lo contrario, las posiciones de descenso están más cerca que la final de la Copa del Rey. La merecida victoria sobre el Girona, en un partido no visto en veintitrés jornadas de la competición regular, oculta el bosque que apareció en Bilbao y cuya espesura no se ha disipado desde el pasado mes de agosto.

Se repite la historia. Nadie pensó ni habló del Betis y nadie debería hacerlo de la Real Sociedad aun a riesgo de nadar contracorriente, porque lo trascendental es la visita del Rayo Vallecano el próximo domingo, salvo que haya quien prefiera lo malo conocido antes que lo bueno por conocer.