Piezas que no encajan
Entre las declaraciones de Vicente Moreno tras el partido contra el Osasuna y su renovación de contrato con el Mallorca hasta el año 2022 hay algo que no encaja.
El técnico valenciano tiene toda la razón al dejar caer que no tiene banquillo al que recurrir, igual que la tuvo en verano cuando aludió al perfil indeseado de los fichajes que se llevaban a cabo. Por eso dijimos el miércoles que hacer rotaciones en este equipo iba a ser algo sumamente complicado. Lo raro es que no planteara sus exigencias al ofrecerle la prolongación de su relación con el club nada menos que por tres años. O le sedujeron con la cifra incluida en el documento o él no previno y exigió un determinado nivel de plantilla. Y si fue así, se equivocó al hipotecar su futuro y su prestigio en pos de una falsa estabilidad.
Tampoco es aceptable la explicación de la ausencia de Sastre en la convocatoria del jueves. No es que el lateral de Porreres sea un jugador imprescindible, ni mucho menos, pero si el motivo era reservarlo para Valladolid hubieran debido descansar media docena más o tendrían que hacerlo mañana.
No intento contradecir al entrenador a quien, de otro lado, he calificado como lo mejor de estos últimos tiempos, pero su relación con Maheta Molango dista mucho de ser ideal y si los dueños apoyan la gestión del consejero delegado, alguien tendrá que hacer pronto las maletas, aunque si tiene que decidir la afición me temo que se quedaría el «mister» y no el ejecutivo.