Quien la sigue, la consigue

El Mallorca volvió a ganar en tiempo de prolongación, de hecho en la última jugada del partido. Tras igualar el Sporting un marcador abierto por Budimir en fuera de juego, la segunda parte solamente tuvo color local. Los asturianos no se aproximaron ni una sola vez a la portería de Reina y sufrieron una avalancha tras otra hasta que Alex Lopez resolvió en el enésimo balón ingresado en el área adversaria. Antes Dani Rodriguez y Ariday habían dispuesto de sendas oportunidades de oro y el árbitro, pésimo, pasó por alto un penalti de Mariño, lesionado en el lance, a Budimir.

ALINEACIONES:

R. Mallorca.- Reina (1), Sastre (1), Valjent (2), Raillo (2), Salva Ruiz (1), Pedraza (1), Salva Sevilla (2), Dani Rodríguez (2), Ariday (1), Budimir (1) y Lago Jr. (1).

Minuto 67, Abdón (1) por Budimir. Minuto 76, Leo Suárez (-) por Ariday. Minuto 84, Alex López (-) por Pedraza.

Sporting.- Mariño (2), Geraldes (1), Babin (2), Peybernes (1), Molinero (1), Cofie (2), Nacho Mendez (0), Alvaro Tráver (0), Carmona (1), Djurdejiv (1), Alex Alegría (0).

Minuto 66, Dani Martín (2) por Mariño, lesionado. Minuto 67, Lod (1) por Carmona. Minuto 84, C.Salvador (-) por Nacho Mendez.

ARBITRO:

Diaz de Mera (0), del Comité de Castilla La Mancha. Concedió el primer gol del Mallorca en fuera de juego, ignoró un penalti de Mariño a Budimir y otro de Babin a Alex López, no se entendió con sus auxiliares, permitió toda clase de protestas y sacó muy tarde las tarjetas. Demasiado partido para tan poco árbitro. Fueron amonestados Raillo, Salva Sevilla, Dani Rodríguez y Alex López, del Mallorca, Carmona y Djurdjevic, del Sporting.

GOLES:

Minuto 19, Ariday filtra un pase raso en medio de un barullo y Budimir, solo y en fuera de juego, marca de tiro raso. 1-0

Minuto 31, pase a la espalda de los centrales que alcanza Djurdjevic y fusila por alto y con poco ángulo a Reina. 1-1

Minuto 95, balón al área que Alex López controla de espaldas con la oposición de un defensa, pero se gira y cruza con la izquierda lejos de Dani Martín. 2-1

COMENTARIO:

Según el aserto popular la diosa Fortuna solo sonríe a quien la busca y los jugadores del Mallorca lo hacen con una fe inquebrantable. Con empate en el marcador al descanso, Vicente Moreno envió a sus huestes al asalto y el asedio se mantuvo hasta la última exhalación, ese instante en que la mayoría abandona su destino a las manecillas del cronómetro sin pensar que únicamente obedecen a su propio mecanismo. El Sporting cometió algunos errores más además de este y aunque se queje, tal vez con razón, de la concesión del primer gol local en fuera de juego, más le valdría examinar su conciencia porque obtuvo premio sin más remate que el de su gol y ni se aproximó al área local en toda la segunda parte pese a que un punto no le acerca a su objetivo.
  Salva Sevilla y Dani Rodríguez volvieron a imponer su ley en el centro del campo, ante una oposición endeble que a duras penas representaba el ghanés Cofie, lo que obligó al cuadro asturiano a soslayar la transición y buscar a través de juego directo la sombra de Alex Alegría y Djurdvejic, casi siempre superados por Valjent y Raillo a veces con la ayuda de Pedraza. Una fórmula que no dio resultado y dibujó un espejismo en la primera mitad del lance tras una salida en tromba del vencedor pese a cierta precipitación emanada de la ansiedad por hacerse con el control lo más pronto posible. Pero quien la sigue la consigue y quien lo hizo fue aquel que a la postre logró su objetivo.
  Al margen de las acciones puntuales que enmarcaron el desarrollo del partido y el resultado final, el Mallorca trató el balón con más sentido común que su adversario, justo de recursos y no muy sobrado de ideas. Huyó del pelotazo, buscó a sus hombres más creativos, abrió espacio por las bandas, lanzó a sus laterales,  poco afortunados en la asistencia, y exhibió una condición física muy superior a la de un contrincante que acabó sin aire en los pulmones. Fue un choque de toma sin daca, porque la réplica astur se quedó en el vestuario tras el intermedio. Y si, la sentencia llegó en el minuto 95 como lo hubiera podido hacer antes en otras oportunidades de las que el vencido no gozó en casi toda la sobremesa.  Las anécdotas, para otro día.