Robo con alevosía (1-0 en el Reale Arena)

El pésimo arbitro madrileño Ortiz Arias no tuvo personalidad para imponer su criterio sobre el de la cabina de vídeo arbitraje, Iglesias Villanueva (el peor árbitro que jamás haya pisado la primera división), que apreció una falta inexistente de Amath sobre Aritz, quien batió a Remiro por el palo corto, pese a la oposición de otro zaguero. Un gol a todas luces reglamentario que hubiera significado el empate del Mallorca en aquel momento, independientemente de que se hubiera mantenido o no hasta el final.

ALINEACIONES:

Real Sociedad.- Remiro (1), Rico (1), Pacheco (1), Aritz (1), Gorosábel (1), Merino (2), Guevara (1), Brais Mendes (2), Kubo (1), Silva (2), Sorloth )1).

En el minuto 64, Zubimendi (1) y Carlos Fdez (0) por Guevara y Silva. En el 74, Le Normand (1) por Gorosábel y Navarro (1) por Kubo. En el 81, Illarramendi (-) por Brais Mendes.

R.Mallorca.- Rajkovic (2), Gio (1), Russo (1), Raillo (2), Nastasic (1), Maffeo (1), Galarreta 1), Battaglia (0), Dani Rodríguez (0), Amath (2) y Angel (1).

A los 69 minutos, Kang-in Lee (0) por Dani Rodríguez. A los 76, Abdón (0) por Angel, Grenier (0) por Battaglia y A.Sánchez (0) por Russo.

ARBITRO:

Ortiz Arias (0), de Madrid. Además de su flagrante error en el gol invalidado a Amath, cambió de criterio en la interpretación del «hombro con hombro», que confundió con empujones según el color de su particular cristal. En los últimos minutos, como síntoma inequívoco de mal colegiado, favoreció al Mallorca con «faltitas» intrascendentes en el centro del campo e ignorando algunas en contra. Amonestó a Javier Aguirre en el banquillo y a Grenier y Maffeo sobre el cesped. Por la Real, a Guevara.

GOL:

Minuto 3, primer saque de esquina para la Real, lo bota Silva y Merino, libre de marca, cabecea a placer. 1-0

El encuentro comenzó con un cuarto de hora de retraso debido a la indisposición de un espectador que precisó reanimación antes de ser evacuado.

ROTACIONES IMPROPIAS

Exacto. No me gustan las rotaciones y menos en plantillas como la del Mallorca con la que confeccionar un once de confianza ya cuesta trabajo. No tiene fondo de armario y si jugadores de relleno protegidos por un sistema solidario y destructivo que disfraza sus limitaciones. Imanol Alguacil, que tiene a su equipo en Europa, no hizo tantas. Sobre todo ninguna en ataque y ganó el partido, intervención arbitral al margen, en esa letal línea de tres cuartos en la que Brais Mendes, Take Kubo y David Silva borraron del mapa a Galarreta y Battaglia a la par que al desconocido Dani Rodríguez.

En primera división se pagan tan caro los errores como las faltas de concentración y el juego arranca en el minuto cero hasta que el árbitro indica que se acabó lo que se daba. Entre ambos pitidos es intolerable un despiste como el que abrió el marcador y, a la postre, sentenció el resultado. Antes del intermedio, con el paréntesis de un remate de Angel al travesaño tras asistencia de Dani Rodríguez, Rajkovic tuvo que salvar in extremis oportunidades cantadas en las botas de Kubo y Brais y antes de que el Mallorca empezara a reaccionar, otra de Sorloth y un tiro al palo salido de los pies de Guevara.

Nos podríamos preguntar por qué el equipo de Javier Aguirre no toma ninguna iniciativa en tanto en cuanto no se coloca por detrás en el luminoso. El anfitrión se sentía cómodo hasta el contraataque solitario de Amath que acabó en gol y que dos malos jueces, el del campo y el de la cabina, no quisieron validarlo. No he visto nunca a un solo árbitro principal contradecir la llamada del pinganillo. Será corporativismo porque ni con lupa es apreciable ninguna infracción del delantero. Yo me inclino más por inseguridad propia e intervencionismo ajeno.

Pero si, curiosamente el Mallorca, hasta aquel momento conformista y acobardado, empezó a creer en si mismo. Metió a la escuadra txuriurdin en su mitad de terreno y planeó su asedio que, aun embarullado y escaso de ideas y rematadores, ahi es donde se echó en falta a Muriqi, mereció encontrar premio en un trallazo de Galarreta desde fuera del área, que olbigó a Remiro al paradón de la noche después de que, minutos antes, otro, nuevamente Amath, encontrara la cabeza de un defensa en su trayectoria hacia la red.

Concluiría con que la entrada de algunos titulares cambió el paisaje. No puedo, Ni Abdón, ni Grenier lo son. Y, claro, ni Gio, ni Battaglia, Nastasic ni Russo, por lo menos.