Seis ojos ven menos que dos
Ya habrán conocido que el Espanyol pide la nulidad de su partido contra el Atlético de Madrid (3-3) porque, al parecer, no hay imágenes que demuestren si el balón traspasa totalmente la línea de meta tras el remate de Griezmann que fue validado como el segundo gol colchonero. En el polémico encuentro entre el Valencia y el Real Madrid, el Comité de Competición desoye el acta arbitral al intepretar que el árbitro, De Burgos Bengoetxea, expulsa a Vinicius basando su decisión en «imágenes sesgadas o incompletas» remitidas desde el VOR (Video Operations Room). Ignacio Iglesias Villanueva, VAR (Video Assistant Referee) en esta ocasión, pidió públicamente perdón en el Cádiz-Elche de la décimo séptima jornada por no trazar correctamente las líneas ante un fuera de juego notorio que determinó el empate ilicitano. Desde el pasado domingo guarda silencio pese a haber sido relevado de sus funciones. Solo han sido los casos más llamativos, no los únicos en el transcurso de una temporada dramática en este aspecto. Seis ojos ven menos que dos.
Vamos a ver. En cada cabina se concitan del orden de seis pantallas de distinta resolución y tamaño a disposición del VAR (Video Assistant Referee) y del AVAR (Assitant del Assistant), no AVATAR, que es una película cuyas sílabas me niego a traducir. El tercer hombre, también título de otro film más antiguo y en blanco y negro, es un técnico que se supone evita cualquier fallo técnico o tecnológico. Entonces nos tenemos que creer que en cada uno de los ejemplos citados en el primer párrafo, el asistente del asistente se calló la boca sobre el tanto concedido en Cornellá; el de Mestalla no indicó al principal que estaban enviando solo una parte de las imágenes y en el Mirandilla, tampoco sabía tirar las líneas. Damos por sentado que al técnico no le dejan opinar. Si esto es así, no estamos ante una serie de malos de malos árbitros, sino además, ciegos, mudos o sumisos. Claro que a 2.000 euros por partido cada uno. No sé si los técnicos cobran lo mismo, pero intuyo que no aunque sin ellos no habría nada que ver, ni var ni vor.