Suerte para quien la busca

El Mallorca suma sus tres primeros puntos a costa de un Eibar que acarició el empate y cayó, finalmente, merced a un gol en propia puerta en un despeje hacia su meta. Los bermellones, más intensos, empezaron muy bien el partido logrando un gol a los 3 minutos que auguraba menos estrecheces. Sin embargo poco a poco se rehicieron los vascos que dominaron territorialmente durante más minutos de los deseados, aunque las intervenciones de Reina, nuevamente inspirado, fueron escasas.

ALINEACIONES:

R.Mallorca.- Reina (2), Sastre (1), Valjent (2), Raillo (2), Lumor (1), Baba (1), Dani Rodríguez (2), Febas (1), Salva Sevilla (1), Lago Jr. (1), y Budimir (2).

Minuto 65, Alex Alegría (1) por Budimir. Minuto 72, Trajkovsky (1) por Febas. Minuto 85, X.Campos (-) por Sastre.

S.D. Eibar.- Dimitrovic (1), Correa (1), Oliveira (1), Ramis (1), Tejero (1), S.Alvarez (0), Escalante (0), P.León (1), Orellana (2), Kike García (0) y Sergi Enrich (0).

Minuto 32, Expósito (2) por Escalante. Minuto 74, Quique González (-) por Sergi Enrich. Minuto 82, De Blasis (-) por Correa.

ARBITRO:

Mario Melero López (1), del Comité de Andalucía. En un partido sin complicaciones, no cometió errores graves. Mostró tarjetas amarillas a Sastre y Salva Sevilla, del Mallorca y a Orellana, Expósito y Sergio Alvarez del Eibar.

GOLES:

Minuto 3, Dani Rodríguez se aprovecha de un balón recuperado en el círculo central y gana en carrera a la zaga visitante para batir a Dimitrovic de tiro raso al entrar en el área. 1-0

Minuto 57, en un saque de esquina Kike García remata al palo y Oliveira, atento, recoge el rechace y marca raso y sin ángulo. 1-1

Minuto 74, centro de Sastre desde su banda que Oliveira, sin oposición y al intentar despejar, emite un parábola haciua su portal que supera a Dimitrovic. 2-1

OBSERVACIONES: 15.127 espectadores según cifras oficiales.

COMENTARIO:

…..Da dos veces. Si, la segunda en propia puerta en una acción desafortunada para el Eibar, pero en el conjunto de los noventa y cinco minutos el Mallorca puso algo más que su oponente para sumar los tres primeros puntos de la temporada.
  Vicente Moreno puso en liza a su once más reconocible. Solo Lumor y Febas salpicaban de novedad al equipo que hace apenas unas semanas se aupó a la primera división. Lo que funciona no se toca y el 4-1-4-1 de los locales se impuso en el centro del campo, salvo la segunda fase de la primera parte, cuando Mendilibar sentó a Escalante para dar entrada a Expósito, y tras el descanso a partir de la mayor implicación de Orellana para poner a prueba a Reina en pleno dominio territorial armero acompañado de poca pólvora.
  La línea integrada por Dani Rodriguez, Febas, Salva Sevilla y Lago Jr a la espalda de Budimir y por delante de Baba, impedía al conjunto visitante la salida coordinada del balón. Robar y salir rápido, esta parecía ser la consigna. Tanto es así que los vascos tuvieron que recurrir en demasiadas ocasiones al fútbol directo que facilitaba la labor defensiva de Valjent, Raillo y compañía, al tiempo que Baba no necesitaba intervenir demasiado, una buena noticia. Cierto que en cuanto fue menester estuvo imperial.
  En líneas generales el recién ascendido no extrañó la categoría. Ninguno de sus jugadores, todos ya conocidos, desentonó. Cierto que unos brillaron más que otros, pero lo que lconfiere carácter al equipo es su intensidad. Los dos goles nacieron de dos balones recuperados sobre la línea divisoria. Muy parecidos a los encajados por el Deportivo. Y pudo caer alguno más si Budimir y Lago jr hubieran definido mejor en sendos remates originados de la misma manera. Hasta aquí lo positivo, pero no todo fue tan feliz, victoria aparte.
  Logrado su propósito, un gol a los pocos minutos, el Mallorca se acostumbra a ceder demasiado terreno al adversario a la espera de un golpe de gracia que si, a veces puede llegar pero no siempre. No es menos cierto que nadie puede estar al mismo nivel físico, táctico y de atención durante una hora y media, pero el ritmo de juego en el máximo escalafón no es igual que en el de plata. Ayer sonrió el triunfo y, para algunos, una migaja de suerte. ¡Loterías, fuera!