Tal para cual (1-1 en La Cerámica)
Una acción puntual en cada área convirtió un previsible empate sin goles, en un reparto de puntos con ellos. Sin hacerse acreedor a ello el Villareal abrió el marcador sobre la bocina del descanso al anticiparse Sorloth a Samu para fusilar desde muy cerca a Rajkovic que, quizás, pudo haber salido. Sin merecerlo, el Mallorca devolvió el equilibrio al marcador, también en el último suspiro previo a la prolongación, en un centro de Morlanes desde la derecha que Llabrés remató anticipándose a Bailly para sorprender al portero. Distinto sabor para el mismo bocado.
ALINEACIONES:
Villarreal C.F.- Jorgensen (1), K.Femenía (1), Bailly (1), Cuenca (1), A.Moreno (1), Coquelin (1), Comesaña (1), Akhomach (1), Baena (0) Gerard Moreno (1) y Sorloth (1).
En el minuto 69, Guedes (0) por Akhomach. En el 83, Trigueros (-) por Baena y Capoue (-) por Coquelin
R.Mallorca.- Rajkovic (1), A.Sánchez (1), Valjent (1), Raillo (2), Nastasic (1), Lato (2), Morlanes (1), Samu (1), Dani Rodríguez (1), Sergi Darder (0) y Larin (0).
A los 57 minutos, Abdón (0) por A.Sánchez. A los 79, J.Costa (-) por Lato, Mascarell (-) por Samu y Muriqi (-) por Larin. A los 87, Llabrés (-) por Sergi Darder.
ARBITRO:
Ortiz Arias (2), de Madrid. Pudo hacer el arbitraje perfecto de no dejar sin tarjeta a Akhmocha por la misma razón que se la mostró a Larín, un pisotón sobre Lato y Cuenca respectivamente. También las vieron Morlanes, Sorloth, Kiko Femenía y Rubén Uría, segundo de Marcelino García Toral. Roja a Pepe Reina en el banquillo local. 13 faltas favorables al Mallorca y 11 en contra.
GOLES:
Minuto 45, segundo centro consecutivo desde la banda izquierda, los defensas pierden la marca, Nastasic se olvida de Sorloth que llega antes que Samu para dejar sin opción a Rajkovic. 1-0
Minuto 90, Morlanes bombea desde la derecha y Llabrés mete la pierna por delante de Bailly para alojar el balón por alto. 1-1
16.472 espectadores
DE OCA A OCA SIN TIRAR, PORQUE NO TE TOCA
No deberíamos cambiar de criterio por sendas circunstancias ocasionales muy cerca de ambas porterías. El partido habría sido el mismo con ambas a cero, probablemente lo más equitativo para el peor Villarreal en cinco años y un Mallorca que no acaba de arrancar. La amargura de los dos puntos perdidos ensombrece la alegría de los tres que pudieron, aunque no debieron, quedarse en casa, ni la satisfacción del momento permite sacar pecho al rey del empate que, esta vez y sin que sirva de precedente, parece toda una conquista.
Con su habitual 5-4-1. Javier Aguirre plantó a sus jugadores con Antonio Sánchez como improvisado lateral, Sergi Darder por delante y un solo punta: Larin. Un esquema que oponía resistencia, pero carecía de salida. La falta de llegada, pese a la teórica superioridad numérica balear en la medular, no se traducía ni en la posesión del balón ni, aun menos, en la mínima inspiración o vocación ofensivas hasta el punto de no disparar ni una sola vez entre los tres palos de la meta del apodado submarino que ni siquiera tuvo que activar sus maniobras defensivas.
Tras el descanso, Javier Aguirre tardó casi un cuarto de hora en reescribir el guión. Su primer paso, tímido, meter un segundo delantero, Abdón, para quitar un zaguero, A.Sánchez. Un ejercicio inútil como se ha comprobado en precedentes exámenes. No es que tampoco lograra gran cosa con una triple sustitución cuando el cronómetro corría más deprisa de lo deseado. Eso si, la presencia de Muriqi invitaba al asedio de la cobertura local aunque fuera a base de centros laterales casi siempre imprecisos.
A tres minutos de los noventa, la sustitución de Sergi Darder, mental, deportiva y físicamente tocado tanto en cualquiera de ambos lados como de segunda punta, se intuía como una medida más desesperada que efectiva, pero las ganas del joven Llabrés, su negativa a resignarse ante lo que parecía inevitable, obraron lo impensable después de que la tripulación del almirante García Toral, desperdiciara contraataques para resolver el problema con cuya solución nadie había acertado.
El suspenso acabó en un suficiente rascado. Bien está lo que no termina mal o peor y si no puedes ganar, al menos no pierdas aunque sea de farol.