Toros, tomates y camisetas
No seré yo quien defienda los toros ni cualquier tipo de espectáculo en el que se martirice de alguna manera a los animales, aunque tampoco veo que nadie proteste porque se pruebe la resistencia de los cristales de la cabina de un avión ante el impacto de un ave en movimientos de despegue y aterrizaje, lanzando un pollo mediante un cañón a la velocidad en la que se produciría el choque.
Dicho esto, si que estoy en contra de que para ciertas cosas nos la cojamos con papel de fumar, con perdón de la grosera expresión, mientras callamos ante otras barbaries, como por ejemplo la famosa tomatina de Bunyol. ¿Cuántas personas que pasan hambre cada día en el mundo, niños, se podrían alimentar con 160 mil kilos de tomates?. Porque serán de ,mejor o peor calidad, no lo sé, pero podridos desde luego no están.
Otro ejemplo. La policía decomisa una enorme cantidad de ropa de marca falfisicada que, acto seguido, quema. ¿No sería más útil regalarla a países donde familias enteras ni se pueden vestir?.
Hace años se proyectó una película de humor titulada «El mundo está loco, loco, loco», si. Hoy debería llamarse «El mundo está mal, mal, mal», por no decir peor. Y la sociedad literalmente enferma para cebo de populistas y populismos sin ética, moral ni cultura.