Un concurso sin concursantes
Te tienes que reír, pero cuánta verdad hay en el refrán garante de que el hombre es el único animal que tropieza dos veces en la misma piedra; él ella y elle, todos por igual.
Luis Rubiales, presidente de la Real Federación Española de Fútbol, se la ha vuelto a colar a los resabiados presidentes de clubs de primera federación, algunos de ellos sociedades anónimas, como el Atlético Baleares y el UD. Ibiza por lo que nos pilla más cerca, que alivian sus penas deportivas y económicas en las asambleas orquestadas a mayor gloria de aquel al que eligieron su jefe. No hacen más que perder dinero, en parte debido a una reforma absurda y engañosa de categorías irrisoriamente no profesionales, y les hacen creer que la venta de los derechos de transmisión de sus partidos por televisión enjugará sus lágrimas. Lo sentimos, pero no.
Esta cosa que llaman Primera Federación resulta tan apetitosa que el concurso para adquirir la mencionada licencia audiovisual ha quedado desierto por falta de ofertas. No la ha querido ni Jaume Roures. Y es que, pensándolo bien, ¿a quién le interesa la prerrogativa de televisar un apasionante Costa Brava-UCAM Murcia o un Dux Internacional-Valladolid Promesas?, previsible audiencia aparte y a simple título de ejemplo. Si los propios equipos tienen problemas para encontrar patrocinadores locales.
Todo eso sin contar con que, a base de play offs arriba y abajo, los tienen jugando hasta la primera semana de julio. Pero, ya saben, el ser humano es ese que inventó el juego del póker, donde tanto puede ganar una buena mano como un farol y si se venden motos es porque hay quien las compra.