Un cuento de hadas (II)

En uno de sus «gags» más celebrados, el humorista catalán Casimiro Sendra «Cassen», interpretaba a un personaje famoso enfrentado a los periodistas en una rueda de prensa. Al sentarse ante el micrófono y antes de empezar decía: «ustedes pregunten lo que quieran, que yo contestaré lo que me dé la gana».

Las respuestas de Andy Kohlberg a las preguntas de Tomeu Mura en El Mundo de Baleares no forman parte del clásico diálogo de besugos, pero si se circunscriben a postulados formales para quedar bien sin mojarse demasiado ni comprometerse en cuestiones de mayor calado e interés que las propias del club y de su cargo.

Aceptaremos la buena voluntad de los inversores, quienes dibujan un panorama idílico con una trayectoria permanente en primera división, expansión internacional, grandes ingresos por derechos de televisión, un estadio para los años treinta y una meta a título ejemplar: parecerse a la Real Sociedad. Ignora o soslaya que San Sebastián es una ciudad de la mitad de tamaño que Palma y en Anoeta no cierran gradas ni ponen lonas porque dan cabida nada menos que a más del doble de socios, casi 32.000.

Al margen de estas pequeñeces y de que nadie debe preocuparse por si vienen mal dadas, descensos incluidos, el presidente aspira a mantener en el banquillo a Vicente Moreno durante cinco años más. No aclara si eso será porque al fin le ficharán el perfil de futbolistas que quiere o si el técnico valenciano comparte tales deseos en caso de que no sea así.

Todo perfecto mientras no tengamos que pagar los demás, como el césped del Estadio Balear o la cesión in eternum de Son Moix, a la sazón instalación municipal y pública por si alguien no se acuerda.