Una boda y tres funerales

La debacle de los equipos españoles en la primera fase de la Champions, con la excepción del Real Madrid para confirmar la regla, desnuda la realidad de la Liga Santander en toda su extensión. Sobre todo si comparamos los presupuestos de la mayoría de equipos clasificados, salvo el del PSG o el City, con el que manejan nuestros representantes, apalancados o endeudados, que para el caso es lo mismo, La mediocridad de nuestro primer campeonato sale más cara que una mina de diamantes en Botsuana. Eso si, a pagar en 50 años.

La Selección, no lo olvidemos, aun vive del Mundial de Sudáfrica, sin convencer ni ilusionar ni a Manolo el del bombo. Rubiales, mientras tanto, asegura con los árabes los partidos de la Supercopa y no sabemos si también con Piqué, pero sin Shakira. No consta que haya descuentos para los hinchas de los participantes cuyos internacionales, dado que el Mundial habrá terminado poco antes y cerca del lugar, igual ya pueden esperar allí. Tanto ajetreo no puede ser nada bueno.

Con las arcas de los clubs más secas que la mojama y entre batallita y batallita de Javier Tebas con la Federación y viceversa, «El congreso se divierte», título de la película estrenada nada menos que en 1931 con Lily Palmer y Curd Jurgens. Film alemán para más señas. Los del Bayern tenía que salir por alguna parte. Pero no pasa nada, ya dijo Winston Churchill que «el éxito es ir de fracaso en fracaso sin perder el entusiasmo». Y aquí dinero no tenemos, ni un euro, pero pasión no nos falta aunque sea para reclamar un penalti que le han pitado a favor al Girona que, de paso, no juega en Europa, ni lo hará de momento. Y tampoco en Riad.