Una historia de Nochebuena
En septiembre de 1979 . Antonio Oviedo Saldaña se había hecho cargo del equipo dos días antes de la primera jornada de liga en tercera división. Le ascendió a Segunda B y, a renglón seguido y sin mediar más que otro campeonato, le subió a Segunda A. Toda una proeza en un club sin luz ni taquígrafos (jugadores), que había renacido de sus propias cenizas. El 9 de diciembre de 1981, uno de sus fichajes estrella, Miodrag Kustudic, fue expulsado y sancionado con 11 partidos de suspensión por agredir a un defensa del Binefar en partido de Copa del Rey, eliminado en la tanda de penaltis.
El Mallorca, en aquel momento séptimo en la clasificación a seis puntos del tercero, el Elche, recibía en el Lluis Sitjar al Deportivo. Era el día 20 de diciembre y en aquella época el fútbol no se interrumpía en Navidad. José Luis adelantó a los gallegos en el marcador, pero en el minuto 80, empató San Cayetano y un cabezazo a ras de suelo de Morey en el último suspiro, evitó la remontada. Jugaron: Tirapu, Sahuquillo, Iriarte, Gallardo, Aparicio, Delgado, Toño, Orellana, Riado, Morey y San Cayetano. Luego Almenara entró por Iriarte y Peles por Riado. Sólo se podían hacer dos cambios. Las cinco jornadas precedentes se habían saldado con dos empates, dos derrotas y una victoria.
El 24 del mismo mes, se celebrara la Nochebuena en casa de los Oviedo, en la calle Morey de Palma, junto a la de Santa Eulalia, centro histórico. A punto de sentarse a la mesa toda la familia, sonó el teléfono. José María Lafuente Balle, secretario de la directiva preguntó por el patriarca, Antonio, y de parte del presidente Miquel Contestí, que declaró haberse abstenido en la votación, le comunicó a través del auricular su cese, por unanimidad de la Junta, como entrenador del equipo.
Juan Carlos Forneris le relevó provisionalmente y se sentó en el banquillo en Balaidos, donde el Celta goleó 4-0. En enero se hizo cargo de la plantilla Lucien Müller. El Mallorca terminó sexto, un puesto más arriba, pero a ocho puntos, dos más, del tercero, el Málaga, que ascendió a primera división.
Desde la Navidad de 1981, Antonio Oviedo Saldaña no regresó al Mallorca hasta el mes de septiembre del 2010, 29 años más tarde, bajo la presidencia de Jaume Cladera, adscrito a la secretaría técnica. Falleció el 16 de mayo del 2022 a los 83 años. Su hijo Fausto dejó escrito: «.Es posible que con el paso del tiempo no se recuerden todos tus logros, pero jamás se olvidará quien eras».
Joancho Forneris dejó de existir, a los 61 años, el 7 de octubre de 1993. Fue enterrado, por su propio deseo, con la bandera del Mallorca rodeando su féretro, ante la indiferencia del club.
Miquel Contestí es el presidente que ha presidido el club durante más tiempo: 14 años. Una Penya del club en su pueblo, Llucmajor, lleva su nombre.
Ninguno de los tres ha recibido jamás un homenaje público por parte del club.